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domingo, 19 de noviembre de 2017

El Reino Vándalo del Norte de África (I): Desde los orígenes del pueblo vándalo hasta la conquista de Cartago (s.II a.C.-439)

Una de las más fascinantes tribus del periodo de migración de los pueblos germánicos que afectó a la totalidad de Europa a partir del siglo III d.C., es la de los Vándalos, los cuales viajaron desde las regiones boscosas del Mar Báltico  a través de Europa y terminaron en los desiertos del Norte de África. A mediados del siglo V, crearon el primer estado germánico sucesor permanente en el Oeste y fueron uno de los factores decisivos en la caída del Imperio Romano Occidental. Su saqueo de Roma y sus vehementes persecuciones de los católicos en su reino dieron nacimiento al término "vandalismo", que es empleado en muchos países alrededor del mundo. Cien años más tarde fueron el primer objetivo de la reconquista de las tierras romanas por parte del emperador Justiniano (527-565). En menos de cuatro meses, lo que había sido considerado uno de los más fuertes reinos germánicos fue derrotado por un ejército de 15.000 soldados, de los cuales solo 5.000 entraron en acción. A pesar de rebeliones posteriores, este fue el fin de los melenudos y rubios pueblos germánicos del norte de África, y de muchas maneras el fin de la herejía arriana, ya que los vándalos eran sus más agresivos defensores. Para los romanos, fue el increíble y exitoso comienzo de la recuperación de las tierras perdidas del Imperio Occidental, la "Renovatio Imperii".
*   *   *
I. Historia Antigua de los Vándalos

1. La tierra natal de los Vándalos y sus primeras migraciones

Se cree que las tribus vándalas habían tenido su origen en Escandinavia meridional, sobre la base de las huellas arqueológicas, sobre todo la cerámica, y una semejanza de nombres. En su historia posterior se encuentran dos grupos tribales vándalos -los Asdingos y los Silingos. "Asdingo" es una palabra germánica, que significa probablemente "de pelo largo". Se cree que la tribu de los vándalos Asdingos está conectada a la antigua familia noble noruega de Hadding, que vivía en el área de Hallingdal de Noruega meridional y eran llamados Heardingas en anglosajón. El nombre de los vándalos también aparece en Suecia central en el municipio de Vendel, en sueco antiguo Vaendil, y en Dinamarca septentrional, que es llamado Vendill Vandill en nórdico antiguo y todavía se llama Vendsyssel (siendo un syssel una unidad administrativa medieval similar al ingles shire). La península de Skagen en la región danesa de Jutlandia septentrional era llamada en nórdico antiguo Vandilsskagi, de modo que tenía este nombre antes de que el término vándalos fuera usado más a menudo en tiempos medievales. Se cree que los vándalos Silingos se habían asentado en la isla de Sjælland (Seelandia, en español) basándose principalmente en la similitud de nombres.

La primera migración de las dos tribus vándalas tuvo lugar en algún momento en el siglo II a.C. La arqueología ha probado que la región de la Jutlandia septentrional danesa estaba inmensamente poblada en esa época, con un gran número de terrenos de enterramiento y aldeas, que estaban situadas en lo que ahora es estéril tierra de brezos o bosques. La mayoría de estos asentamientos fueron abandonados en el siglo II a.C.. Las primeras huellas arqueológicas de los vándalos como parte de la llamada Cultura de Przeworsk emergen en la región más o menos vacía entre los ríos ElbaOder Vístula también durante este siglo. En consecuencia, la desaparición de una gran población y la aparición de otra en otro lugar han estado conectadas. Podemos asumir que los Vándalos inicialmente se asentaron durante un tiempo en la región cercana a las costas del Mar Báltico, donde habían desembarcado.


Distribución de las tribus germánicas hacia el año 15 a.C

De acuerdo con el historiador gótico Jórdanes y con el historiador longobardo Paulo Diácono, que escribieron en los siglos VI y VII respectivamente, después de la llegada de los longobardos, que emigraron después de los vándalos desde Escandinavia, pronto  tuvieron lugar batallas entre los vándalos, los godos y los longobardos, así como con otras tribus en el área. Después de varias derrotas, los vándalos fueron empujados a las regiones históricas de Galitzia Silesia en las actuales Polonia y Ucrania occidental. Sobre todo para los longobardos -o Winnili, como eran denominados entonces- la victoriosa batalla contra los vándalos bajo sus dos jefes, Ambri Assi, fue importante al establecer su identidad como tribu. Incluso creían que su nombre tribal -los longobardos ("Barbas largas") les fue dado por los dioses debido a una estratagema por la que ganaron la batalla.

En Silesia y Galitzia, los vándalos ocuparon las anteriores tierras de las tribus de los Esciri Bastarnae, que habían dejado esas regiones, y así la ocupación se produjo casi sin escaramuzas, aparte de otras menores, con una tribu celta, los Boii, que se habían establecido en partes de las regiones desde el siglo IV a.C. Mientras que grandes partes de la tribu había partido hacia otras tierras, todavía quedó un remanente. Las escaramuzas terminaron con la derrota de los Boii y su eliminación del área de los vándalos. Como con otras migraciones, lo más probable es que las migraciones vándalas no signifiquen una sustitución total de las poblaciones existente, sino la absorción de estas, que adoptaron el nombre de sus conquistadores. De este modo los vándalos asumieron elementos de la cultura celta en la elaboración de armas y joyas. También se cree que algunos vándalos comenzaron a enterrar los cuerpos de sus muertos , como habían hecho los celtas, en lugar de quemar los cuerpos y enterrar las cenizas en urnas, como había sido la costumbre vándala. Además, adoptaron parcialmente el concepto celta de ciudades.

Cuando los vándalos llegaron a la región de Polonia y Alemania oriental en el siglo II a.C., se convirtieron en parte de la Cultura de Przeworsk. La cultura recibe su nombre a partir de la aldea cerca de la ciudad Przeworsk en Polonia suroriental donde se encontraron los primeros artefactos, y describe un complejo arqueológico de la Edad del Hierro que data desde finales del siglo III a.C. hasta el siglo V d.C. Inicialmente cubría la actual Polonia meridional y central pero más tarde se expandió a partes de Eslovaquia oriental y la Rutenia cárpata, extendiéndose entre los ríos Oder y medio y alto Vístula en los nacimientos de los ríos Dniester y Tisza.

La cultura de Przeworsk tenía elementos de continuidad con la cultura de Pomerania precedente, aunque modificada por influencia significativas de las culturas de La Tène y Jastorf. A principios y mediados del siglo XX se creía que estaba conectada con pueblos y tribus individuales pero los estudiosos modernos las entienden ahora más como sistemas que incorporaban muchos grupos de población y unidades políticas separados. Así, los límites de las culturas no eran fronteras políticos sino más bien límites geográficos dentro de los cuales los grupos de población interactuaban con suficiente intensidad como para hacer que algunos o la totalidad de los restos de su cultura física -tales como costumbres funerarias y bienes, cerámica, herrería, etc)- parezcan muy similares.

El gran área descubierta por la Cultura de Przeworsk incluía tribus germánicas, celtas y protoeslavas, pero parece haber estado dominado por tribus germánicas, en particular, por los vándalos. Las tribus tenían diferentes culturas pero también muchas semejanzas, que constituían los rasgos comunes de la Cultura de Przeworsk. El rasgo principal era sus enterramientos, que eran, en su mayoría, cremaciones y ocasionales inhumaciones. Se han excavado una serie de enterramientos de guerreros, y, a menudo, contienen exvotos en forma de arreos y espuelas. Alguno de sus enterramientos son muy ricos, sobrepasando en riqueza a las tumbas de las tribus germánicas más al oeste, sobre todo después del siglo IV d.C.

El otro sistema que dominaba la cultura material de la región era la Cultura de Wielbark, que aparece durante la primera mitad del siglo I d.C., alrededor de la actual provincia de Pomerania y el bajo río Vístula. Se cree que las principales tirbus de la cultura eran los godos. En la primera mitad del siglo III, las tribus de Wielbark dejaron sus asentamientos por el Mar Báltico y se expandieron en las regiones al este del Vístula y todo el camino hasta Ucrania, formando probablemente la poderosa cultura de Chernyakhov. Se ha debatido mucho sobre si la Cultura de Wielbark creó en realidad la Cultura de Chernyakhov, o formó parte de ella, o si eran culturas totalmente separadas. Cien años más tarde, la Cultura de Chernyakhov se había extendido a través de lo que hoy es Valaquia, Moldavia y Ucrania meridional, y desde los Cárpatos hasta el río Don.



Las Culturas de Wielbark y Charnyakhov estaban dominadas por los godos pero incluían otras tribus germánicas en la región del norte del Mar negro, así como dacios indígenas de la región cárpata y sármatas iranoparlantes. El área geográfica de la cultura incluía una serie de reinos más pequeños. Muchos aspectos de las culturas de Przeworsk, Wielbark y Chernyakhov son similares, tales como sus vasijas de cristal, pero su deferencia principal es que los grupos de Wielbark y Chernyakhov raramente entierran armas y herramientas con sus muertos, mientras en que la de Przeworsk lo hacen regularmente.

Como punto interesante, al arqueología demuestra que desde el comienzo de la época imperial romana, el área de la Cultura de Przeworsk estaba rodeada por un cinturón, aproximadamente, de 30 a 60 millas de tierra de nadie donde no se asentó ninguna tribu. Esto apoya la creencia de que la Cultura de Prseworsk era tan distinta como para estar conectada a cierto grupo común de población.

2. La nomenclatura de los grupos vándalos


Mientras que el nombre "Vándalos" en tiempos históricos posteriores estaba limitado a dos confederaciones tribales, los vándalos Asdingos y Silingos, en la prehistoria abarcaba un número mayor de tribus bajo el nombre "Vandili". La primera vez que los vándalos aparecen en las fuentes históricas, están en la parte geográfica de la Historia Natural del estadista romano Plinio el Viejo, que fue terminada en el año 77 d.C., haciendo de ellos una de las tribus germánicas conocidas desde hace más tiempo. Plinio enumera en su lista de las cinco tribus más grandes, a los Vándili, que estaba compuesta por los Burgundiones (Burgundios), Varines, Charines y Gutones (Godos). Caben pocas dudas de que los Vandili son el mismo pueblo que los históricos vándalos, que son llamados Bandili o Bandeli por los historiadores griegos.

El historiador romano Tácito, que escribió su Germania a fines del siglo I, explica el mito de fundación germánico: 

"Sus antiguos himnos -el único estilo de registro o historia que ellos [las tribus germánicas] poseen- celebran a un dios Tusit, una deidad nacida de la tierra, y a su hijo Mannus [Man] como fundadores originales de su raza. A Mannus asignan 3 hijos, a partir de los cuales son llamadas 3 tribus, los Ingaevones, que vivían más cerca del océano, los Herminones, en medio del país, y los Istaevones, que ocupaban el resto. Algunas autoridades, usando la licencia, la cual pertenece a la antigüedad, se pronuncian por más hijos para el dios y un número mayor de tribus, es decir, los Marsi, Gambrivii, Suevos y Vandili. Estos, dicen ellos, son los nombres auténticos y antiguos, el de los germanos es moderno, dado primero por los vencidos galos a los guerreros que cruzaron el Rhin para invadirlos y después orgullosamente asumido por los conquistadores".

Así, el término "Vandili" fue utilizado por un grupo de tribus germánicas orientales, y más tarde Tácito también utiliza el nombre Lugi para las mismas tribus.

Y aquí surgen las complicaciones. Ahora es difícil entender plenamente los grupos étnicos que se establecieron en las regiones alrededor de los ríos Oder y Vístula porque algunos nombres tribales eran usados como términos paraguas para grupos más extensos que comprendían otras diversas tribus con nombres independientes. Como se ha mencionado, Plinio el Viejo, cuenta entre los Vandili a la mayoría de las tribus importantes de Germania oriental. Mientras Tácito se refiere a "nombre genuino y antiguo" de los Vandili, no aparece en su lista de tribus en absoluto. En su lugar califica a los Lugi como el principal grupo étnico en la región, con los Harii y los Naharnavali como parte de la confederación tribal. Los Gutones son clasificados como un grupo independiente, junto con los Rugi Lemovii, mientras que los Burgundios, mencionados por Plinio el Viejo, están desaparecidos por completo.

Muchos estudiosos aceptan que "Vándalos" y "Lugi" son sinónimos, más o menos. Si esto significa que Lugi era otro nombre para los Vándalos o que los Vándalos eran la tribu dominante en la confederación tribal Lugi no se puede aclarar, y no tenemos un indicio claro para cualquiera de las dos hipótesis.

Los Lugi han sido conocidos desde hace más tiempo que los Vándalos. El "gran pueblo" de los Lugi es mencionado por el historiador y geógrafo griego Estrabón a fines del siglo I a.C., aliados con las tribus marcomanas de Maroboduus, que se establecieron en la región de la moderna Bohemia. El geógrafo griego Ptolomeo, que escribía en la primera mitad del siglo II, menciona diferentes nombres para las tribus de la confederación Lugi, posiblemente debido a errores introducidos durante el copiado de su texto a través de los siglos. No menciona en absoluto a los Vándalos, pero incluye a los Burgundiones. Ptolomeo también habla de los Silingos que estaban asentados al oeste del curso medio del río Oder en la región de Silesia, y que más tarde en el periodo de migración fueron considerados un de los dos principales tribus en la confederación vándala. Ya que la mayoría de estos grupos iban a ser encontrados en las regiones meridionales y occidentales de la actual Polonia y parte de la República Checa, se ha supuesto que el nombre "Lugi", que solo desapareció en el siglo III d.C. pudo ser un término extranjero pregermánico usado por aquellos pueblos que se autodenominaban Vandilii. No obstante, para Ptolomeo, los silingos no se encontraban entre los Lugi en absoluto. El resultado, es que, en lugar de clasificaciones fijas observadas en la literatura más antigua, debemos tomar la descripción de las confederaciones tribales mayores con considerable elasticidad. Esto no se limita a los Vándalos solamente, sino también a las otras confederaciones tribales, como los suevos, que cambiaron el carácter dramáticamente en el periodo entre Julio César (100-44 a.C.) y Tácito.

En resumen, se cree que cuando las fuentes históricas hablan por primera vez de los Vándalos, estaban localizados en la parte central y oriental de la moderna Polonia. Como con todas las otras confederaciones tribales, los límites de su territorio son difíciles de definir con precisión, pero parecen haber sido el elemento dominante de la cultura de Prseworsk. Además, parece haber una estrecha conexión entre los Vándalos y los Lugi, y los términos pueden ser incluso intercambiables.

3. Los Vándalos en los siglos I y II

En el siglo I comenzamos a tener más noticias de los Lugi. En 50, tribus Lugi apoyaron a los marcomanos germánicos al tomar parte en un asalto sobre la confederación tribal de Vanio, que estaba establecida en la región de las modernas Eslovaquia y Moravia. Lo más probable es que estuvieran luchando por el control de la ruta del ámbar - una gran ruta comercial que iba desde las costas del Báltico, a través del área de la Cultura de Przeworsk, finalizando alrededor de la ciudad de Carnutum en el imperio romano (Petronell, en la actual Austria). También tenemos noticias de que alrededor del año 92, durante el reinado del emperador Domiciano (81-96) hubo un conflicto entre los Lugi y los Suevos o Marcomanos, en el que los romanos tomaron parte por los Lugi y enviaron tropas para ayudarle.

Parte de los Vándalos emigraron lentamente al sur justo antes de la Guerra Marcomana (166-180) en el área de la Bohemia septentrional y Moravia, donde dieron su nombre -las montañas Vándalas, como fueron conocidas por los romanos- al Riesengebirge (Montañas Krkonose), en la actual República Checa. Otras tribus siguieron y esta presión de las tribus germánicas orientales trajo la Guerra Marcomana, en la que las tribus sobre el Danubio medio buscaron entrar en el imperio romano, entre las provincias de Panonia y Dacia. El emperador Marco Aurelio (161-180), logró
derrotar solo con dificultad a las tribus marcomanas. Esta migración también llevó a las tribus vándalas más cerca de la esfera romana.

La Historia de Pedro el Patricio declara que los Astiggoi -se cree que eran los Vándalos Asdingos- y los Lacringi estaban entre los aliados de Marco Aurelio en este periodo, pero el historiador de fines del siglo IV, Eutropio nombra a los Vándalos entre aquellos pueblos que Marco Aurelio derrotó en sus guerras germánicas.

También sabemos a partir del historiador Casio Dion que en 171, un grupo bárbaro llamados Astingi -generalmente identificado con los Vándalos Asdingos- volvieron a las fronteras septentrionales de la provincia de Dacia. Estaban dirigidos por dos reyes, Raus y Raptus, cuyo objetivo no era hacer incursiones en el imperio sino establecerse en Dacia y recibir dinero y tierra como federados romanos.

Según el relato de Casio Dion, parece que el gobernador romano Sexto Cornelio Clemente encaró el problema de controlar varios pueblos bárbaros: los Lacringi, los Costoboci, y ahora los Astingi. Clemente incitó a los Astingi a que atacaran a los Costoboci a los que pronto derrotaron, pero no interfirieron cuando los Astingi fueron atacados a su vez por los Lacringi. Derrotados, los Astingi se sometieron a Marco Aurelio y demostraron ser aliados útiles. Después de la guerra, los Vándalos Asdingos se establecieron en la región del alto curso del río Tisza (Hungría nororiental y parte de Eslovaquia. Este asentamiento, que iba a durar más de 200 años también está demostrado por muchos hallazgos hallados la región.

Cuando el emperador Cómodo (180-182) hizo la paz con los marcomanos después de que su padre muriera, los Vándalos se colocaron bajo protección romana. A los marcomanos se les prohibió hacer la guerra contra los Yaziges, Buri y Vándalos. Además, los Vándalos debían mantener sus asentamientos al menos a 40 estadios (casi 7 kms.) de la frontera de Dacia.

La Tabula Peutingeriana, una copia de un mapa romano que se cree que se había hecho originalmente en tiempos del emperador Septimio Severo (193-211), muestra justo al otro lado del Danubio el nombre de la tribu Vanduli, y solo un poco más allá de ellos, los marcomanos, en la región de la actual Bohemia. Debe suponerse que estos vándalos eran Asdingos. Los vándalos Silingos se situaban en su morada al norte de las Montañas Carpatas, en lo que más tarde llegó a ser Silesia (el nombre original puede ser rastreado hasta ellos a través de formas eslavas). Casio Dión menciona posteriormente que alrededor de 212 o 213, el emperador Caracalla (211-217) envió una carta al Senado diciendo que había conseguido convertir la amistad entre los marcomanos y los vándalos en hostilidad. Los vándalos mencionados aquí eran probablemente los vándalos silingos, que eran los vecinos septentrionales de los marcomanos.

A comienzos del siglo III, el territorio de la Cultura de Przeworsk parece haberse reducido en torno a la mitad de su tamaño, debido a las pérdidas por el lado oriental hacia la Cultura de Wielbark. No sabemos por qué ocurrió esto, ya que ninguna fuente nos cuenta de ninguna gran guerra entre vándalos y sus tribus asociadas y las tribus al este. No obstante, la contracción no significa cambios políticos, ya que también podía explicarse por un cambio en el uso de la cerámica u objetos similares que identifican la cultura.

4. La guerra contra los romanos (270-277)

En otoño de 270, los sármatas junto con dos reyes vándalos desconocidos, cruzaron el Danubio para asaltar la Panonia romana. Para estos sucesos seguimos los restos de una historia compuesta por el dignatario ateniense Publio Herennio Dexipo. En 271, el emperador Aureliano (270-275) ganó una gran batalla contra los vándalos -o vandeloi, como los llama Dexipo en griego. No sabemos nada de la batalla contra los vándalos, ni las razones para ella, solamente sobre las negociaciones posteriores.

Tras su derrota, los reyes y nobles vándalos pidieron la paz. Aureliano reunió su ejército victorioso y le preguntó si aceptaba o no la rendición de los vándalos. El ejército romano lo aceptó, y los dos reyes vándalos y nobles principales dieron a sus hijos como rehenes. El emperador dio al ejército vándalo con suficientes provisiones para el viaje a casa a sus tierras dacias, pero un banda de 500 guerreros se rezagaron del ejército principal y comenzaron a saquear la provincia de Mesia. Es este punto, pronto fueron derrotados por los romanos, y para honrar el tratado, los reyes vándalos ejecutaron a todos los guerreros que pudieron encontrar de esta banda díscola. Aureliano tomó el título de Sarmático tras la victoriosa batalla, de modo que también podemos conjeturar que los sármatas eran la parte más grande de la invasión, o quizás que la caballería de los vándalos era vista como sármata, ya que parecían similares. Cuando Aureliano obtuvo el triunfo por la victoriosa campaña en Roma en 274, los prisioneros vándalos también fueron conducidos en procesión. Como era habitual en los acuerdos de paz de la época, las tribus vándalas tuvieron que suministrar tropas federadas para el ejército romano, en este caso, 2.000 jinetes. Militarmente, esto demostró que hacia finales del siglo III, ya podían reunir grandes cantidades de caballería. Esta condición del tratado de paz parece haberse observado, ya que una lista de ejército del imperio romano a principios del siglo V muestra una unidad militar, el Ala VIII Vandilorum, que servía en Egipto. De esta manera algunos vándalos entraron en el ejército y la sociedad romanos. El padre de Estilicón, que fue uno de los más importantes estadistas romanos del siglo V y que jugaría un gran papel en la historia vándala posterior, era un vándalo y sirvió como oficial de caballería bajo el emperador Valente (364-378).

En los años siguientes, una pequeña parte de los vándalos silingos deambularon junto con un grupo burgundio hacia el Rhin. Este movimiento no parece haber sido una migración, sino más bien una expedición de saqueo. En 277, el emperador Probo (276-282) derrotó a los silingos y burgundios combinados, esta vez en el río Lech en los Alpes bávaros occidentales. Las dos fuerzas se enfrentaron una a la otra en lados opuestos del río, pero mediante una estratagema, el emperador atrajo a los guerreros germánicos, que eran más numerosos que los romanos y los derrotó. Les fue ofrecida la paz con la condición de que entregaran su botín y los prisioneros. Probo pretendía que esto no se había hecho plenamente y golpeó a los bárbaros que se retiraban, derrotándolos de nuevo. Muchos fueron muertos, pero algunos fueron tomados prisioneros, incluyendo su jefe, Igila. Los prisioneros fueron enrolados en el ejército romano y enviados a Britania, donde más tarde sirvieron fielmente al emperador durante alguna insurrección menor. Se cree que los vándalos se asentaron en algún lugar en el moderno Cambridgeshire, en base a la declaración de Gervasio de Tilbury, quien hace notar que cerca de Cambridge había una antigua fortaleza llamada Wandlebiria que los vándalos habían construido. No obstante, esta historia parece demasiado tardía para ser considerada fiable.

El historiador de fines del siglo V, Zósimo, cuando está describiendo los sucesos de 277, escribe que probo derrotó a un grupo de Logionen. Esta es la última mención del nombre de los Lugi en la historia conocida. Para los acontecimientos de 278, Zósimo narra que Probo combatió a burgundios y wandils.

5. Las guerras con los godos

La mayoría de las guerras que los vándalos lucharon fueron contra sus vecinos. en la segunda mitad del siglo III, los asdingos tenían en su asentamiento en el alto río Tisza los siguientes vecinos; al noroeste, en lo que es la moderna Eslovaquia, en los ríos Waag y Nitra, vivían los cuadi suevos; al sur de los asdingos estaban los lacringi, y más al sur, en el Danubio, estaban los sármatas roxolanos. Al norte de las montañas cárpatas en los ríos Sereth y Dniester estaban los gépidos. Las regiones orientales de la moderna Rumanía estaban colonizadas por los tervingios godos -más tarde conocidos como visigodos- que estaban invadiendo las tierras vándalas. En los últimos años del siglo III, los asdingos intentaron expandir sus tierras y combatieron contra los sármatas y los tervingios. Sabemos esto por un panegírico emitido por el emperador Maximiano (285-305), que habla de los tervingios y los taifalos que luchaban contra los gépidos y vándalos. Los tervingios y los taifalos resultaron victoriosos en una batalla cerca de la ciudad de Galtis. La ubicación de Galtis se desconoce, pero se cree que había estado situada en la región del alto o medio río Pruth en la región fronteriza entre Rumania y Moldavia, donde probablemente hubo muchos choques entre las tribus.

Por la época del emperador Constantino el Grande (306-337), los vándalos asdingos y silingos todavía estaban asentados en la actual Moravia y el noroeste de Hungría, con los marcomanos en Bohemia como sus vecinos septentrionales. Al sur de su posición estaba el Danubio y los romanos, y en el este estaban los tervingios bajo su rey Geberich. Alrededor de 331-337 Geberich retó al rey asdingo Visimar para batallar, y los dos ejércitos se encontraron en el río Marisus (actual río Maros en Hungría) y lucharon un día entero. Al final los godos fueron victoriosos, y Visimar y una gran parte de su ejército cayeron muertos en el campo de batalla. De acuerdo con Jordanes, con su fuerza militar destruida, los vándalos pidieron a Constantino que les permitiera entrar en el imperio y establecerse como sus súbditos en la provincia de Panonia. La solicitud fue concedida, y Jordanes cuenta que durante casi setenta años, los vándalos vivieron pacíficamente en Panonia. No obstante, ninguna otra fuente menciona un asentamiento de tribus derrotadas en suelo romano, y la afirmación de Jordanes no está sustentada por la arqueología. Su perspectiva era la de un historiador godo del siglo VI con el claro objetivo de celebrar las antiguas glorias de los godos, de modo que la historia debe verse como bastante improbable. Jordanes menciona más tarde un rey godo de finales del siglo IV y principios del V llamado Vandalarius, esto es, "Conquistador de los Vándalos". Si creemos que Jordanes está en lo correcto, esto demostraría que las guerras entre vándalos y godos fueron importantes para las tribus. Sin embargo, debemos tratar su afirmación con precaución, ya que su principal objeto es presentar a los godos como victoriosos sobre todos sus enemigos.

De acuerdo con Jordanes, los vándalos invadieron Galia alrededor de 380 y lucharon con el emperador Graciano (375-383), pero de nuevo la afirmación no se sustenta por ninguna otra fuente y debe considerarse dudosa.

6. Ulfilas y la conversión de las tribus germánicas

Las incursiones germánicas sobre tierras romanas en el siglo III llevó a muchos cautivos cristianos a las tierras góticas al norte del Danubio. Ellos continuaron adorando durante su esclavitud y también inspirarían a los godos a cambiar su religión. Alrededor de 311, un godo llamado Ulfilas (pequeño Lobo) nació en una familia cuyos ancestros habían sido capturados en las incursiones godas, posiblemente en Capadocia en Asia Menor. Mientras que las fuentes sobre la vida de Ulfilas son difíciles de interpretar debido a sus diferentes opiniones sobre el Arrianismo, puede reconstruirse que el joven Ulfilas hizo su primer viaje a Constantinopla entre 332 y 337, como miembro de una delegación a los romanos. Los romanos encontraron en Ulfilas a un fuerte creyente cristiano y una persona capaz de llevar el cristianismo a las tribus al norte del Danubio. Durante una visita posterior en 341, Ulfilas fue consagrado obispo por Eusebio de Nicomedia en el gran Concilio de Antioquía y fue enviado de vuelta al norte del Danubio. Permaneció allí durante siete años pero fue expulsado durante una persecución goda de cristianos y se traslado a la provincia romana de Mesia, donde se estableció con otros godos cristianos. Allí tradujo la Biblia al lenguaje gótico usando un alfabeto que él inventó, usando griego, latín, y letras rúnicas germánicas.

Los godos no tomaron inmediatamente el cristianismo. La primera persecución de cristianos en tierras godas tuvo lugar en 348, posiblemente tras una guerra contra los romanos, y una segunda comenzó en 369, durando cuatro años. Puede ser que los godos vieran en los cristianos a los romanos y partidarios del modo de vida romano. El trabajo misionero de Ulfilas y sus seguidores tuvo un gran impacto sobre los vándalos y otras tribus germánicas, que estaban viviendo cerca de los godos. La conversión vándala al cristianismo ocurrió probablemente alrededor de la segunda mitad del siglo IV, y lo más probable es que los seguidores de Ulfilas ayudaran en esta conversión. Ulfilas murió en Constantinopla en 383 y fue llevado a su tumba por mucha gente. Mientras que su impacto en la conversión de los godos es indudable, en particular debido a su traducción de la Biblia, puede especularse que se enfocó principalmente en la nobleza, que podía leer y escribir y tenía el tiempo libre para especular sobre religión. La conversión de los granjeros comunes probablemente llevó mucho más tiempo y ocurrió más gradualmente. Algunas partes de la confederación tribal vándala, como los alanos, resistieron y puede que nunca se convirtieran al cristianismo.

El sacerdote Orosio escribe en el siglo V que los vándalos eran paganos cuando cruzaron el Rhin en 406-407. No obstante, esto es altamente improbable. Sabemos con seguridad a través del sacerdote Salviano que los vándalos eran cristianos arrianos cuando llegaron a España, y no es probable que hubiera ocurrido una conversión durante sus pocos años en Galia. Posiblemente Orosio confundió a los vándalos con alguna de las muchas tribus bárbaras que invadieron Galia en esa época.

El arrianismo fue la enseñanza del sacerdote Arrio (250-336) que vivió en Alejandria, Egipto, a principios del siglo IV. Su credo principal era que el Hijo, Jesús, había sido creado por su padre, Dios. Dios, por tanto, no había sido engendrado y siempre había existido, y así, era superior al Hijo. El Espíritu Santo había sido creado por Jesús bajo los auspicios del Padre, y por tanto era servidor de ambos. La creencia nicena u ortodoxa era que Dios existía como tres personas -el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo- pero como un solo ser. Las enseñanzas de Arrio  fueron condenadas por primera vez como heréticas en 325 en el primer Concilio de Nicea, pero más tarde fueron aceptadas. Solamente en el Segundo Concilio Ecuménico, en Constantinopla en 381, se decretó finalmente al arrianismo como herejía.

Ulfilas se convirtió en un seguidor del credo arriano cuando estaba bien aceptado, y esta fue la forma de cristianismo que tomaron los godos. Sus fuertes creencias siguieron con él hasta su muerte, antes de los cual repitió su adhesión al credo de Arrio. El arrianismo se difundió de los godos a muchas otras tribus germánicas, como los vándalos, burgundios, hérulos y longobardos. De modo que mientras que el arrianismo nunca había sido particularmente popular dentro del imperio romano, se convirtió en dominante entre las tribus germánicas. Los vándalos mantuvieron el arrianismo hasta la destrucción de su reino.

7. Los cambios en el mundo germánico

Durante los siglos III y IV se produjeron cambios radicales en Germania. Las confederaciones tribales que Plinio y Tácito mencionan que estaban basadas más sobre la comunidad de ritual que en conveniencia política, se dividieron y nuevas confederaciones de una naturaleza más militar aparecieron desde el fin del siglo II en adelante. En la primera mitad del siglo III, las tribus en las regiones de la actual Alemania central se combinaron en la poderosa confederación alamánica, y las tribus cercanas a la frontera romana en el bajo Rhin se transformaron en la confederación conocida como los francos. Los caucos de la región costera del Mar del Norte se convirtieron en los sajones. Los hermunduri se fueron hacia el siglo IV, y emergieron los turingios. Más tarde en el siglo V, los bávaros se formaron como la última de las agrupaciones tribales más grandes.

En el mismo periodo, la Escandinava meridional cambió: las anteriores tribus de Jutlandia -los cimbriteutones harudes- desaparecieron, los héruli de las islas danesas emigraron al sur, y en su lugar aparecieron los jutos daneses. Además, desde alrededor de 285, las tribus germánicas del norte a lo largo de la costa comenzaron a moverse a los mares y atacar las costas de Galia, Britania e Hispania septentrional. En general, los cambios parecen haber sido una consolidación de numerosas tribus más pequeñas en confederaciones más grandes y poderosas en respuesta a procesos internos, así como también a la amenaza romana, y más tarde la amenaza de las grandes tribus migratorias del este.

Los tervingi grauthungi -más tarde conocidos como visigodos y ostrogodos- y otras poderosas tribus germánicas comenzaron a dominar el territorio al norte del Danubio y todo el camino al río Don, como se vió arqueológicamente en la civilización de Chernyakhov. Incluso comenzaron a desafiar el poder del imperio romano en la segunda mitad del siglo III. Estas confederaciones orientales fueron creadas por una migración de tribus germánicas principalmente desde las regiones de lo que es ahora Polonia central y septentrional. Estas migraciones no fueron a gran escala, sino más bien series regulares de pequeñas migraciones de familias y tribus menores desde 180 a 320.

II. El saqueo de la Galia y el camino hasta Hispania 

1. La penetración de los godos a fines del siglo IV

En la última parte del siglo IV, los vándalos se vieron envueltos cada vez más en las grandes migraciones provocadas por la llegada de los hunos desde las llanuras de lo que hoy es Ucrania. El movimiento de los hunos causó un efecto dominó, empujando una tribu para presionar a otra, la cual, a su vez, empujaba a una tercera, etc. Al este del territorio vándalo, grandes guerras habían surgido entre los dos grupos godos -los tervingi y los greuthungi- y los romanos. En la década de 360, el emperador Valente hizo la guerra contra los godos, que fueron sonoramente derrotados. La grave amenaza a la existencia de los godos provocó que emergieran líderes fuertes en ambas confederaciones, que estaban experimentando una nueva unidad.



Cuando los hunos comenzaron sus ataques sobre los greuthungi alrededor de 375, los godos se enfrentaron una vez más a su extinción. Su rey Ermanarich, se suicidó antes que someterse a los hunos. Un nuevo rey, Vithimir, fue elegido, pero cayó en batalla poco después. El hijo de Vithimir, Viderich, menor de edad, se convirtió entonces en rey bajo la guía de dos nobles, Alatheo Safrax, y fue dejado con un pueblo en caos y bajo ataque. Teniendo que elegir entre romanos y hunos, los greuthungi estaban cogidos entre el martillo y el yunque, y tuvieron que elegir a quien someterse. La mayoría de ellos se rindieron a los hunos; el resto, bajo Viderich, huyeron a los las fronteras del imperio romano. Pero los restos de la confederación de los greuthungi alcanzó el Danubio demasiado tarde: los tervingi ya estaban cruzando al imperio, huyendo también de los hunos.

Un grupo de tervingi dirigidos por Alawiw y Fritigern pidió permiso para cruzar el Danubio, lo cual fue concedido pensando las autoridades romanas que su incorporación al imperio tendría más ventajas que inconvenientes. Sin embargo, los recién llegados padecían una hambruna que no se solucionó con la entrada en el imperio. Intentaron asaltar las ciudades en busca de comida, y la administración romana intentó asesinar a sus líderes para privar a los bárbaros de un liderato organizado, pero el resultado fue el opuesto: Fritigern escapó y reunió a los guerreros godos; las luchas estallaron en diversos lugares para saquear la provincia en busca de comida. Después de varias encuentros con resultado variable, el emperador Valente decidió enfrentarse en batalla campal a las bandas godas. En 378, en la batalla de Adrianopolis los godos vencieron al ejercito imperial, perdiendo este  dos tercios y muriendo el mismo emperador Valente. Los godos intentaron después tomar las ciudades romanas, como Adrianópolis, Filipópolis y Perinto, fracasando. Finalmente para forzar a las autoridades romanas a suministrarles alimento se dirigieron a Constantinopla, aunque sin resultado. En enero de 379 Graciano nombró co-emperador al veterano general Teodosio, quien logró reducir a las bandas guerreras de visigodos y ostrogodos hasta que empujados por el hambre firmaron la paz y se sometieron al imperio (382). En los años que siguieron, varios grupos procedentes del norte del Danubio intentaron escapar de las recurrentes invasiones de los hunos, con éxito variado. En 386, miles de ostrogodos bajo Odotheus intentaron cruzar el Danubio pero fueron derrotados decisivamente por la flotilla danubiana. En 395 Teodosio I murió, dejando dos hijos. Arcadio recibió el imperio oriental y Honorio el occidental, moviéndose cada parte en direcciones diferentes durante la crisis del siglo V. Esta era la caótica situación que los vándalos encararon a fines del siglo IV. Estaban presionados por sus vecinos, que estaban hambrientos y huyendo de los hunos, y tras ellos, los aterradores hunos.

En el año 400, los vándalos asdingos y silingos, o al menos una gran parte de la confederación tribal vándala, dejaron su tierra natal junto con los suevos o quados germánicos, que estaban asentados en la parte meridional de la moderna Eslovaquia. Posiblemente los asdingos, que estaban establecidos más hacia el oeste, comenzaron las migraciones dirigidos por su rey, Godegisel, hijo de Visimer. Cruzaron el Danubio, penetraron a través de Panonia la frontera fortificada, y marcharon hacia el oeste a lo largo del Danubio, intentando encontrar nuevos asentamientos dentro del imperio romano, a salvo de los hunos y de la presión de otras tribus amenazas por estos. El objetivo principal era conseguir alimento para la famélica población que podía obtenerse en un fructífero bien dotado de granjas. En el relato del historiador del siglo VI Procopio, la migración estuvo provocada por el hambre entre los vándalos, lo cual es muy probable, habida cuenta de que las regiones de las que procedían habían sido devastadas mucho tiempo por invasiones bárbaras.




En su camino a través de Panonia, campesinos semibárbaros que habían sido asentados allí anteriormente por los romanos, y algunas tribus alanas y suevas se les unieron, probablemente compartiendo sus motivos. Su ruta era el gran camino a lo largo del Danubio por Aquincum (cerca de Budapest en la actual Hungría), Brigetio (Komarno en la moderna Eslovaquia) y Carnutium hacia el oeste, donde se creía que existía comida y seguridad. Su objetivo principal puede haber sido las ricas tierras de Italia, inspirados quizás por los visigodos bajo Alarich (Alarico), quien había entrado en Italia con sus tribus. Los suevos, vándalos y alanos iban a permanecer juntos durante más de una década. Las tribus eran bastante diferentes una de otra y sorprendentes aliados. En 411, cuando dejaron de ser amenazados por los ejércitos romanos, se dividieron y pronto comenzaron a luchar unas con otras.

Una parte de los alanos seguiría a los vándalos hasta el fin de su reino en África, pero ya durante las migraciones, tribus alanas se separaron del grupo principal. Vemos esto en Italia en 401, y después de cruzar el Rhin en 406-407, donde poco después un grupo bajo el mando del rey Goar entró al servicio de los romanos, primero en el Rhin y luego en Galia central. Otro grupo, bajo el rey Respendial, permaneció con los vándalos, se estableció en Hispania y más tarde se unió otra vez con los vándalos. Otros alanos asediaron Vasatica (Bazas, Francia) alrededor de 414. Otro grupo alano separado es mencionado treinta años más tarde asentado en el distrito del Ródano, cerca de Valence, en la actual Francia, y gobernado por un rey llamado Sambida. Los alanos fueron el único pueblo no germánico que hizo asentamiento de larga duración en Europa occidental.

2. La migración hacia la Galia

Durante este periodo, el poderoso Estilicón era el hombre tras el trono en el imperio occidental. había emergido de las finales del ejército del emperador Teodosio, había sido promovido al rango de magister militum e, incluso, se casó con la sobrina adoptada del emperador, Serena. Tras la muerte del emperador occidental Valentiniano II en 392, combatió como uno de los líderes del ejército de Teodosio en la batalla de río Frígido (394) contra el usurpador Eugenio. Poco antes de que Teodosio muriera en 395, designó a Estilicón guardián de su hijo Honorio.  Ni Honorio (emperador occidental, 395-423) ni Arcadio (emperador oriental, 395-408), demostraron ser fuertes, y Estilicón se convirtió en el gobernante de hecho del oeste. En 397, Estilicón derrotó a los visigodos, ahora gobernados por el capaz rey Alarich, aunque este logró escapar del campo de batalla a las montañas con sus tropas restantes. En el mismo año, Estilicón también derrotó la rebelión de Gildocomes de África. Por sus esfuerzos, Estilicón fue nombrado cónsul en 400.

En esta época, el imperio romano estaba en un estado de disolución, con fuertes tribus bárbaras penetrando en sus tierras casi sin resistencia. En 401, Estilicón retiró las tropas romanas a lo largo del Rhin para apoyar la lucha contra Alarich y sus visigodos, que estaban amenazando de nuevo Italia. Para proteger la frontera del Rhin, hizo tratados con las tribus germánicas vecinas, entre las cuales los francos eran los más fuertes. En 401, Estilicón, él mismo de orígenes vándalos, logró detener la migración de saqueo de los vándalos a través de la provincia de Retia y les implicó como federados para establecerse en las provincias de Vindelica y Norico. El poeta contemporáneo Claudiano también menciona que los vándalos fueron utilizados para romper el asedio visigodo de Mediolanum (Milán) en 401. Si estos vándalos eran las tribus del rey Godegisel o solo una pequeña parte de ellas se desconoce. No obstante, las tribus rompieron el tratado casi inmediatamente y saquearon Norico y parte de Retia a voluntad, como cuenta Claudiano.

La migración vándala sin duda se beneficio de la visigoda, considerada mucho más peligrosa para las fuerzas romanas de Italia. En 401, los visigodos invadieron otra vez Italia, con batalla no concluyentes contra Estilicón en Pollentia (Pollenzo, moderna Italia) y Verona en 402, y luego retirándose a los Balcanes. Alarich comenzó entonces negociaciones para una alianza con Estilicón, pero estas fueron perturbadas por la llegada de otra gran fuerza goda en Italia bajo el mando de Radagaiso en 405. Estas tribus venían de fuera del imperio y cruzaron el Danubio en Retia para alcanzar Italia. El movimiento de los godos de Radagaiso y Alarich probablemente hizo que los vándalos, suevos y alanos, se sintieran seguros de nuevos, y al mismo tiempo, las regiones donde se asentaban eran demasiado pobres y saqueadas para proporcionarles suministros. Así que las tribus comenzaron a moverse de nuevo en 405, usando la cobertura de las invasiones godas de Italia, que distrajeron la atención de Estilicón.

En verano de 406, Estilicón estaba ocupado luchando con la invasión de Radagaiso en Italia. Bloqueó a este grupo godo en Florentia (Florencia), con algunos aliados hunos y alanos, y finalmente les derrotó en batalla. Entonces Estilicón volvió a negociar con los visigodos en el norte de Italia. La lucha fue indecisa, pero a través de la diplomacia, Estilicón consiguió hacer que Alarich dejara la península y guardara el Ilírico para el imperio occidental.

La migración de los vándalos, suevos y alanos hacia el Rhin en 406 atravesó los territorios de los alamanes y burgundios, de modo que ellos, a su vez, comenzaron a desplazarse en dirección a la Galia, provocando un efecto dominó. Durante el movimiento desde Norico a la región del Rhin, más grupos de vándalos silingos y quados se unieron al grupo principal de tribus. Noviomagus (Spira, Alemania) y Argentoratum (Estrasburgo) fueron tomadas por los alamanes, y Borbetomagus (Worms) cayó en manos de los bungundios después de un largo asedio. La frontera del Rhin, que durante siglos había mantenido lejos a los bárbaros, estaba agujereada en tantos lugares que se había desmoronado, y la Galia se abría de par en par a las tribus germánicas. Tras estas estaban los formidables hunos presionando hacia el oeste.

En su camino a la Galia, los vándalos entraron en las tierras de los francos, que habían sido pagados por Estilicón para impedir el paso a la Galia. De acuerdo con el historiador del siglo V, Renato Profuturo Frigerido, en un pasaje conservado en la historia del clerigo franco Gregorio de Tours, tuvo lugar una gran batalla en la que murieron 20.000 vándalos, incluyendo el rey Godegisel, solo la llegada a tiempo de sus aliados alanos les salvó de una destrucción completa. Debemos tratar las palabras de Gregorio con cuidado, debido a su parcialidad por los francos. La historia de Orosio, escrita alrededor de 417, no apoya estos acontecimientos, sino que en su lugar describe una importante derrota franca en el Rhin que dejó las regiones fronterizas abiertas a los bárbaros. No obstante, está claro que Godegisel de algún modo murió en este periodo, y su hijo, Gunderich (Gunderico), fue proclamado rey. Si los vándalos perdieron tal gran batalla, esto pudo haberles hecho perder su supremacía sobre los alanos y suevos, como vemos más tarde en Hispania, donde los alanos parecen haber sido considerados los más fuertes de las tribus.

3. Cruzando el Rhin

Debido a que el clérigo Jerónimo menciona Moguntiacum (Mainz en la Alemania actual) primero en su lista de ciudades saqueadas, creemos que los vándalos cruzaron el Rhin cerca de allí en los últimos pocos días del año 406. Nuevamente nos sentimos frustrados por la falta de fuentes, así como por su calidad. Parece que habría sido muy difícil cruzar el Rhin durante el invierno, pero algunos eruditos creen que el río pudo haber estado helado, aunque fuentes contemporáneas no confirman esto. Aunque Moguntiacum sufrió, las palabras de Jerónimo de que fue destruidas y miles fueron muertos problemente son exageradas. Parece que parte de los alanos, bajo su jefe Goar, habían prestado servicio más tarde bajo los romanos, y en 411 todavía iban a encontrarse entre la guarnición de Moguntiacum.

Las fuerzas combinadas de las tres confederaciones tribales que cruzaron el Rhin (o cuatro, si contamos a los vándalos asdingos y silingos como las tribus separadas que eran en esta época) constaban, quizás, de 30.000 a 40.000 guerreros y de 70.000 a 100.000 mujeres, niños y ancianos. No habría sido difícil para tan gran ejército cruzar al frontera romana.

Las defensas romanas se basaban en un gran número de tropas de guarnición que ocupaban torres vigía y fuertes a lo largo de la frontera. Pero sus deberes eran detener pequeñas bandas de guerra en sus incursiones. Incluso unos pocos miles bárbaros serían dejados a las tropas comitatenses, que estaban estacionadas tras la frontera. Mientras que los ejércitos móviles se encargabano de la intrusión, las tropas fronterizas cerrarían el limes tras los bárbaros y les impedirían colarse de vuelta después de una derrota o cuando volvieran cargadas de botín.

Pero las defensas de la frontera no estaban bien adaptadas a las migraciones en masa que irrumpieron a través de la frontera y se internaron en el imperio, en lugar de intentar retirarse. Con las tropas comiatenses enredadas ahora con los visigodos en Italia, las fuerzas de frontera romanas no tuvieron oportunidad de parar la invasión. dos edictos, fechados el 17 y el 19 de abril de 406 llamaron a los habitantes de la Galia para que se armaran por la paz de su país. Dejaron claro que los locales tendrían que tratar con los bárbaros del otro lado del Rhin hasta que la guerra contra Radagaiso y los visigodos de Alarich terminara.

4. El saqueo de la Galia

Las tribus emigrantes probablemente se dividieron en varios grupos después de cruzar el Rhin para proveerse mejor de suministros de comida, ya que pocos lugares en la Galia podían mantener tal cantidad de gente durante cualquier periodo de tiempo. A partir de la confusa descripción en las fuentes, parece que siguieron la excelente red de vías romanas a través de la provincias de Germania I, Bélgica I y II, saquearon su camino desde Augusta Treverorum (Tréveris en la actual Alemania) hasta Noviomagus, Argentoratum, Remorun (Reims en la moderna Francia), Samarobriva (Amiens), Turnacensium (Tournai, en la actual Bélgica), Morinum (Thérouanne) y Atrebatum (Arras). Desde allí se desplazaron a través de la provincia de Senonia hasta Aquitania II y Novempopulania, lo más probable siguiendo los caminos que llevan desde Samarobriva a través de Lutetia Parisiorum (París), Aurelianum (Orleáns), Civitas Turonorum (Tours), Burdigala (Burdeos) y hacia Pompaelo (Pamplona) en España. Probablemente fueron detenidos por los pasos guardados a través de os Pirineos y en su lugar volvieron a las ricas tierras de la Galia Narbonense, ya que los ejércitos romanos les estababan presionando desde el norte. La mayoría de las ciudades a las que llegaron fueron asaltadas, ya que solo fueron dejados unos pocos soldados para defender las murallas y algunas ciudades, como Atrabatum y Noviomagus no estaban amuralladas. La gran ciudad de Tolosa (Toulouse) fue defendida con éxito pero sufrió después una gran escasez de alimentos, de la que solo sería liberada por su obispo, Exuperio, que fue, de algún modo, capaz de proporcionar comida para la hambruna. El gran número de lugares que describen las fuentes como saqueadas por los vándalos y suevos parece imposible que se hubiera llevado a cabo durante la invasión de dos años a la Galia, pero lo más probable es que las fuentes describen las devastaciones causadas oir muchas subtribus que se movían independientemente.

Paso de suevos, vándalos y alanos a través de la Galia (406-409)

Sin duda, muchos esclavos en la región también vieron a los invasores germánicos como salvadores y les apoyaron activamente y reforzaron su número enormemente. Además, los bárbaros podían haberse movido tan rápidamente sobre la red de vías romanas, sobre todo las bandas guerreras de caballería de los vándalos y alanos, que las ciudades recibían pocos avisos antes de su lelgada. la devastación fue grande, y el obispo Orientio de Augusta Auscionum (Auch, en la moderna Francia) dice sobre la invasión en 407 que "toda la Galia humeaba como una pira funeraria" en referencia al olor de la quema de casa y cadáveres. Por encima de esto, la caótica situación política y la presión  en el imperio romano occidental de tribus más cercanas a Italia dieron a los romanos pocas ocasiones para concentrarse en los vándalos y las otras tribus que devastaban la Galia. Especialmente los años finales de Estilicón, desde 406 a agosto de 408, cuando fue asesinado, fueron problemáticos, ya que el gobierno occidental estaba presionando su pretensión a la parte occidental del Ilírico. A causa de esto, el imperio oriental tenía que defender y fortificar sus fronteras conel imperio occidental, igual que cualquier otra frontera, así que no se envió ninguna ayuda desde el este al oeste en sus momentos de problemas.

5. La rebelión de Constantino III

En otoño de 406 , mientras los vándalos estaban todavía avanzando hacia la Galia, comenzaron una serie de revueltas en Britania. Las tropas acantonadas allí se amotinaron y pusieron a un cierto Marco en el trono como emperador del Oeste. No obstante, cuando no aceptó las peticiones de las tropas, le mataron e hicieron emperador a Graciano y le dieron una toga púrpura, una corona, y una guardia personal. Pero Graciano no se adoptó a ellos tampoco, y después de cuatro meses fue asesinado. A principios de 407, Constantino III (407-411) fue hecho su sucesor. la revuelta de Britania incrementaría aún más la inestabilidad del Imperio Occidental, pero también ayudó a la Galia en su defensa contra los vándalos y las otras tribus invasoras. Constantino nombró a Justiniano y Nebiogastes generales en la Galia y pronto cruzó el Canal de la Mancha hacia la Galia con su ejército, dejando que Britania se valiera por sí misma. Oficialmente, quería parar a los vándalos, pero su objetivo real parece haber sido asegurar Galia e Hispania y de este modo su trono.

Desembarcó en Bonobia (Boulogne, Francia) y venció a las tropas romanas en Galia. Con su fuerza incrementada así, comenzó una campaña contra los vándalos, empujándoles a su paso, pero sin ningún éxito destacado. No obstante, como las tropas romanas se concentraron alrededor de Constantino, los vándalos fueron empujados más hacia el sur, hacia los Pirineos y Aquitania. Mientras, Constantino hizo un tratado con los burgundios, los alamanes, y los francos para defender la frontera del Rhin, y aceptó la situación existente de su asentamiento allí. Lo más probable es que prefiriera gastar sus recursos en asegurar su posición como emperador que en expulsar a los bárbaros.

6. La caída de Estilicón

Los problemas del imperio occidental parecían no llegar nunca a su fin. Cuando en la primavera de 408 alcanzaron al oeste las noticias de que el emperador Arcadio había muerto en Constantinopla el 1 de mayo de 408, y que fue sucedido por su hijo de siete años, Teodosio II (408-450), Estilicón cometió un error fatal. Esperando aún esa regencia en el este, que había sido su ambición desde la muerte de Teodosio en 395, Estilicón persuadió a Honorio para que encargara al rey visigodo Alarich suprimir a Constantino III en el oeste mientras que Estilicón viajaba a Constantinopla para presidir la ascensión del joven Teodosio II y establecer una regencia, reuniendo de nuevo el Este y el Oeste.

Mientras que la situación en la Galia había minado el prestigio de Estilicón, el pacto con Alarich -dando a éste dinero por ayudarle contra Constantino III- escandalizó a los romanos del partido nacionalista antibárbaro. Comenzaron a extenderse rumores de que Estilicón tenía planes para el trono, si no para sí mismo, entonces para su hijo Euquerio. El pacto del general con Alarich se veía como traición. Todo lo que los oponentes de Estilicón habían dicho de él parecía ser cierto. Estaba en connivencia con los bárbaros, había permanecido en silencio mientras las tribus germánicas infestaban la Galia, permitió a un usurpador desafiar a la casa de Teodosio en el oeste, y la muerte de Arcadio le había llevado al Este, en lugar de al Oeste, donde estaban los problemas. El descontento se difundió en el ejército, mientras se sublevaba en Ticino (Pavía en la Italia actual).

El 13 de agosto de 408, el magister scrinii, o jefe de la secretaría (alto funcionario que dirigía uno de los tres cargos de la administración central central), lideró un golpe de estado contra Estilicón, dando lugar a su ejecución en Rávena el 22 de agosto y a la de su hijo poco después en Roma. Las negociaciones con los visigodos se romopieron de nuevo, y Alarich marchó sobre Italia para asediar Roma en noviembre de 408. Después de forzar un pago por parte de la ciudad, los visigodos se retiraron al norte a Toscana.

En los disturbios que siguieron a la caída de Estilicón, los romanos locales mataron a gran número de tropas bárbaras federadas y sus familias en Italia, incrementando así las tensiones entre los romanos y los bárbaros. El asesinato de Estilicón fue posiblemente concertada por el imperio oriental, y mientras que fue un golpe perjudicial para el imperio occidental, ayudo mucho a aliviar la tensión entre los dos emperadores.

7. La invasión de Hispania

Mientras Honorio y Estilicón estaban ocupados en Italia, Constantino III no estaba ocioso. Con parte de la Galia en sus manos, buscó añadir Hispania para su esfera de poder. En 408, envió a su hijo, Constante, y a su general, Geroncio, a Hispania con algunos de sus aliados bárbaros. Allí derrotaron a las fuerzas romanas que eligieron permanecer leales a Honorio, y habían defendido con éxito los pasos de montaña contra los vándalos y las otras tribus que emigraban. Tras su victoria en 409, Constante partió de vuelta junto a su padre y fue hecho co-emperador, mientras dejaba algunas tropas de sus aliados bárbaros para ocupar los pasos. En enero de 409, Honorio, presionado duramente por Alarich y al que solo quedaban unos pocos aliados, fue obligado a reconocer a Constantino III como colega en el imperio, finalizando por tanto temporalmente las hostilidades, que estallarían pronto otra vez.

Las tropas de Constante mantuvieron la guardia baja en los pasos pirenaicos y parecían estar más interesadas en saquear la campiña circundante, de modo que los vándalos, alanos y suevos, tras asolar la Galia duratne tres años, cruzaron los Pirineos y se adentraron en las ricas provincias de Hispania. Las tribus probablemente se sintieron seguras al trasladarse a Hispania y lejos de los ejércitos romanos que luchaban por la Galia, obteniento la eminente protección de los Pirineos así como nuevas regiones para saquear y proveerse de comida. No se puede confiar en la afirmación de Jordanes de que las tribus huyeron de los visigodos, ya que ellos estaban ocupados en Italia, y la extraña afirmación de Salviano de que los vándalos huyeron de la Galia hacia Hispania por temores no nombrados tampoco parece razonable. Lo más probable es que las tribus simplemente se sintieron más inseguras en la Galia. Esto es apoyado por el patrón de sus movimientos en la Galia, donde -a pesar de su aparente fortaleza- buscaban evitar la confrontación con los ejércitos romanos. En gran medida, las migraciones de los vándalos después de que dejaran su hogar al norte del Danubio y hasta su asentamiento en el Norte de África estuvieron determinadas por la situación política y militar en el imperio romano.

Para el periodo de los vándalos en Hispania, somos afortunados de tener la crónica del obispo hispano Hidacio de Gallaecia, que escribió en la primera mitad del siglo V. Después de cruzar las montañas desde Burdigala hacia Pompaelo, las tribus probablemente avanzaron junto a las vías romanas de Burgos, en la moderna España, así como Legio (León), Ocellodurum (Zamora), Helmantica (Salamanca) y Emérita Augusta (Mérida), hasta Hispalis (Sevilla). Hidacio da la época de su cruce de las montañas como 28 de septiembre o 13 de octubre de 409. Algunos historiadores modernos creen que Hidacio menciona dos fechas porque los invasores vinieron en dos grupos.

Mientras los vándalos, suevos y alanos estaban saqueando Hispania, la atención del imperio occidental estaba en otra parte. A comienzos de 410, había seis emperadores o usurpadores -Honorio y Teodosio II; Átalo en Roma, que había sido establecido por los visigodos; Constantino III; Constante, el hijo de Constantino; y Máximo, un usurpador en Hispania. Falló la diplomacia y estando el foco de atención dirigido a derrotar a Costantino, permitió a los visigodos desmandarse en Italia, y en 410, Roma fue saqueada. Esto llevó a muchas recriminaciones mutuas entre paganos y cristianos. Los paganos pretendían que el descuido de las observancias ancestrales había traído el castigo divino, y los cristianos, a su vez, culpaban del desastre al malvado paganismo en Roma. En el norte de África, San Agustín escribía su gran trabajo, La ciudad de Dios, para recordar que la caída de laciudad temporal no era sino un asunto menor comparado con la eternidad del Reino del Cielo. Alarich no tuvo oportunidad de disfrutar de su victoria. Después de saquear Roma, marchó hacia el sur de Italia. Pero murió durante el viaje y fue sucedido por su cuñado Athaulf (Ataúlfo), quien tres años más tarde se casaría con Gala Placidia (392-450), la hermana del emperador Honorio.

El desastre de la invasión bárbara de Hispania se volvió peor con la sublevación del gobernador dejado por Constante, Geroncio, quien en 410 o primavera de 411, había alzado a su cliente, el aristócrata hispano Máximo como emperador. Con un ejército de Constante enviado a Hispania para sofocar la revuelta, Geroncio se alió con las tribus invasoras de vándalos, alanos y suevos y derrotó al ejercito de Constante, que fue obligado a huir a la Galia. Mientras Geroncio continuaba su victoria al perseguir a su enemigo hasta la Galia, las tribus germánicas fueron dejadas para devastar las desprotegidas provincias, como describe Hidacio tan vívidamente en su crónica. En la Galia y Britania brotaron revueltas cuando los nobles locales se sintieron indefensos contra los bárbaros, y el caos en el imperio romano occidental no hizo más que aumentar. Las tribus pasaron los años 410-411 saqueando Gallaecia, la Lusitania, la Bética y la Cartaginense, causando epidemias y hambre generalizadas, y miseria a los provinciales. Las parte restante de Hispania, esto es, la mayoría de la provincia Tarraconense se salvó hasta el momento de los bárbaros y permaneció en manos de Geroncio.

En 411 el hambre amenazaba de nuevo, y los bárbaros estaban impacientes por hacer la paz con los romanos. Las anteriormente ricas provincias de Hispania estaban tan destrozadas en este periodo que el precio de la comida era desorbitado y -si elegimos creer a Hidacio- las madres mataban y cocinaban a sus propios niños. Los vándalos necesitaban finalizar la década de emigración y asentarse en una provincia que produjera recursos que los pudieran mantener. A cambio de la paz, las tribus acordaron defender Hispania contra los enemigos de Roma como federados imperiales. Recibieron cuatro de las cinco provincias en Hispania para asentarse. Los romanos mantuvieron la quinta, la Tarraconense.

El establecimiento de las tribus se echó a suertes, pero hay indicaciones de que ellos dividieron Hispania de acuerdo a sus propias preferencias más que a las de los romanos. Hubo, sin embargo, un defecto importante en el plan: el asentamiento de las tribus en Hispania se hizo con Geroncio y, por tanto, con un régimén usurpador. Probablemente las tribus no eran conscientes de esto y el peligro que era inherente a tal pacto. El emperador legítimo, Honorio, nunca reconocería un asentamiento hecho con un usurpador y golpearía con fuerza sobre cualquier apoyo de las rebeliones. Más tarde, en 415, las tribus se aproximaron a las autoriddes imperiales para un reconocimiento formal de su estatus. Si su establecimiento inicial hubiera sido oficialemente reconocido por el emperador en 411, ellos no habrían tenido que hacerlo así.

Los vándalos asdingos recibieron la parte oriental de Gallaecia (Galicia, el nombre moderno de Gallaecia, se refiere a un área más pequeña que su equivalente del siglo V), los suevos obtuvieron la parte occidental de Gallaecia, y los vándalos silingos recibieron la Bética. Los alanos, que probablemente eran los más numerosos entre las tribus aliadas, obtuvieron Lusitania y la Cartaginense. Esta no fue una división aleatoria del territorio, sino que representaba probablemente la fortaleza relativa de las tribus. Las ciudades y fortalezas no tomadas abrieron todas sus puertas y recibieron guarniciones. No obstante, las más importantes fortalezas y algunos de los puertos más importantes del Mediterráneo siguieron siendo romanos, tales como Hispalis y Carthago Spartaria (Cartagena en la actual España). Sin duda esto fue también para alejar a los bárbaros del Mediterráneo. Unos pocos años más tarde, el 24 de septiembre de 419 se promulgó una ley declaraba crimen capital enseñar a un bárbaro el arte de la construcción de barcos.


Las invasiones de suevos, vándalos y alanos en la península Ibérico entre 409 y 429

Aunque había en torno a unos 100.000 alanos, vándalos y suevos combinados, no hay indicios arqueológicos de su asentamiento en Hispania. Ni sabemos cómo se establecieron. Orosio dice en su Historia contra los Paganos (Historiarum adversum Paganos) que los bárbaros tomaron el arado después de tomar Hispania. No obstante, los bárbaros tomando el arado era una convención literaria muy usada en la antigüedad tardía, y debido a que Orosio no dice nada más sobre el asunto, es justo decir que realmente recibieron tierras. Una teoría más popular y creíble es que fueron acantonados de acuerdo con las reglas de acatonamiento de los soldados romanos, y así recibieron alojamiento y quizás un tercio de los ingresos por impuestos de las provincias.

Durante el asentamiento de los vándalos en Hispania, los gobierno romanos locales continuaron sus funciones, pero los indicios arqueológiocos procedentes de la Hispania meridional muestran un rápido deterioro de la infraestructura, con caminos en decadencia y puestes derrumbándose, y un desplazamiento de los alojamientos lejos de las vías principales en unas ubicaciones más defendibles. Sin duda, la vida se estaba volviendo más insegura, pero para algunos, la invasión trajo nuevas oportunidades. De acuerdo a Orosio, muchos coloni huyeron de la presión impositiva romana y se unieron a los vándalos.

h) La caída de Geroncio y la guerra con los visigodos

La paz con los romanos no duraría. Honorio había concertado una paz temporal con los visigodos en 411, permitiéndoles enviar un ejército a la Galia. Allí, en la primavera de 411, Máximo y Geroncio habían derrotado y asesinado a Constante en Vienne antes de desplazarse al sur para asediar a Constantino III en Arelate. El heredero del poder de Estilicón fue el general Constancio, al que Honorio había hecho magister militum (jefe militar de más alto rango, comandante en jefe del ejército romano). Cuando se desplazó hacia el oeste con su ejército en 411, las tropas hispanas desertaron del bando de Geroncio y renovaron su alianza a Honorio, y el usurpador Máximo y Geroncio huyeron junto a los bárbaros de Hispania. Tras la huida de Geroncio, Constancio se hizo cargo del asedio de Arelate, y después de tres meses capturaron y ejecutaron a Constantino III y su hijo Juliano. Así, a fines de 411, cuando Athaulf estaba a punto de dejar Italia y entrar en la Galia con los visigodos, se había producido un cambio significativo para mejor en todo el oeste para Honorio. La situación mejoró aún más en 412, cuando Geroncio fue atacado y muerto por sus tropas hispanas a causa de su severo trato. Aunque Máximo había escapado a Hispania, donde continuó gobernando en las montañas hasta 414, ahora no tenía poder para amenazar al emperador.

Después de la muerte del rey visigodo Alarich a fines de 410, el nuevo rey, Athaulf, estaba poniendo sus ojos sobre la Galia. En 413, consiguió eliminar al usurpador Jovino, que había sido proclamado en la zona del Rhin con el apoyo de los burgundios y un grupo de alanos bajo su rey Goar. Pero el general de Honorio, Constancio era demasiado fuerte, y así, en 414, los visigodos siguieron la costa hasta Hispania y tomaron la ciudad de Barcino (Barcelona) como su fortaleza desde la que harían la guerra contra los vándalos en años venideros, a veces por sus propias razones y a veces por orden de Roma.

Athaulf fue asesinado en agosto o septiembre de 415, y fue sucedido por Sigerich (Sigerico), quien fue asesinado poco después, y Wallia (Valia) fue elegido rey de los visigodos. La guerra contra los romanos estaba yendo mal, y la armada romana estaba bloqueando los puertos de Hispania y causando hambre entre los visigodos. En esa época, los vándalos comenzaron a usar el apodo Truli para los visigodos, ya que estaban forzados a pagar una pieza de oro para una pequeña medida de grano, o trula.

i) Constancio III

Mientras tanto en Rávena, el general Constancio estaba ascendiendo en su carrera. Había destruido a los usurpadores Constantino y Heracliano, el conde de África, que se había rebelado en 412, y demostró ser el único líder efectivo en el gobierno. Así, en 417, se concertó el matrimonio de Constancio con Gala Placidia, la hermana del emperador. Ella protestó enérgicamente, pero Honorio la entregó a Constancio, y se casaron. Tuvieron una hija, Honoria, y más tarde, en 419, un hijo, Valentiniano. Constancio ocupó el imperio conjuntamente en 421 con Honorio, quien más bien a regañadientes le había designado como co-emperador como Constancio III. El nuevo emperador, que había sido el hombre fuerte en el imperio durante más de una década, inesperadametne fallecio el 2 de septiembre, apenas siete meses después de su coronación.

8. La derrota de los alanos y los vándalos silingos

Durante una incursión en 416, el rey visigodo Wallia logró capturar a un rey vándalo llamado Fredibal -probablemente el rey de los silingos- y lo llevó al emperador Honorio en Italia. Pero los visigodos todavía tenían puestos sus ojos sobre toda la península ibérica. Los silingos y alanos fueron derrotados en varias batallas durante los siguientes tres años. Hacia 418, los silingos en la Bética fueron prácticametne destruidos, y los alanos habían perdido a su rey Addac y sufrieron severamente. Los pocos supervivientes de ambas confederaciones tribales voluntariamente se unieron a los vándalos asdingos bajo el rey Gunderich, hijo de Godegisel, en Gallaecia (noroeste de la la España actual). Probablemente fue en esta época cuando el rey vándalo comenzó a referirse a sí mismo como Rex Vandalorum et Alanorum (Rey de los Vándalos y Alanos),  pero el título no aparece en las fuentes hasta el tiempo del rey Hunerich (477-484). También es alrededor de esta época cuando el nombre Asdingo comienza a ser usado para referirse a la familia real de los vándalos, más que a la tribu de los Asdingos.

La posición exacta de los alanos en la confederación tribal es incierta. Ellos parecen haber tenido una situación en cierto modo independiente, ya que solo son mencionados junto con el nombre vándalo, mientras que el nombre silingo desaparece. Posiblemente existieron como los rugios en la confederación ostrogoda como tribu separada, con sus propias leyes y casándose solamente dentro de su tribu. Parece increible que la integración posiblemente difícil  de los germanoparlantes vándalos con los alanos de habla irania no sea mencionado por ninguna de las fuentes, ni tampoco lo sean las diferencias en estructuras sociales, culturas y religiones. Esto es buena prueba de la deplorable falta de fuentes y de conocimiento de este importante periodo en la historia vándala, y requiere que recurramos a la especulación juntando las piezas de información que poseemos.

Como recompensa por derrotar a los alanos y silingos, los romanos concedieron a los visigodos un hogar permanente en Aquitania, junto con las grandes ciudades de Burdigala y Tolosa. Se establecieron allí como federados romanos, pero en la práctica gobernaban un reino virtualmente independiente. Como los vándalos más tarde en el norte de África incluían algunos grupos de godos, se cree que pequeñas unidades godas pueden haber permanecido en Hispania y unirse a los vándalos cuando el rey Wallia se trasladó a la Galia.

Estos ataques visigodos de 416-418 sobre la coalición vándala devolvieron las provincias de Lusitania, Cartaginense y Bética al control romano central. El pánico creado por los ataques de los visigodos y romanos crearon un supergrupo de unos 70.000 a 80.000 en la coalición vándala, que eran capaces de desplegar un ejército de 15.000 a 20.000 individuos. Parece que con su nueva fuerza, el rey Gunderich intentó derrotar a los suevos mientras que los visigodos estaban ocupados en su nuevo asentameinto en Aquitania. Los anteriores aliados, que habían marchado juntos durante los pasados 18 años, eran ahora enemigos. Sin embargo, las fuentes no son claras sobre quien fue el agresor en la guerra. Puede ser que a causa de la debilidad percibida de los vándalos o la presión desde Roma, que quería deshacerse de los vándalos, los suevos hicieran la guerra sobre la nueva confederación vándala. Lo que sabemos es que el rey suevo Hermerich fue derrotado y los vándalos los empujaron al interior de las montañas de la actual Asturias, donde fueron bloqueados. Este fue la primera batalla campal en la que los vándalos habían estado implicados en toda su historia si hemos de creer a las fuentes.

9. Castino

Solamente después de la presión del gobernador de Hispania, el comes Asterio, y un ejército romano, la confederación vándalo-alana se retiró a la Bética, donde se asentaron en la anteriores tierras de los vándalos silingos. Durante la retirada en 419, los vándalos fueron atacados por las fuerzas romanas en una escaramuza en Braccara (Braga, en la actual Portugal), donde Hidacio menciona que algunos vándalos fueron muertos. La campaña se vio como un éxito romano, y Asterio fue nombrado patricio -uno de los más altos rangos sociales en el imperio- poco después de su regreso desde Hispania. En su lugar fue enviado CastinoComes Domesticorum (Conde de los Domésticos, el líder militar de la guardia imperial). Parece que hubo entonces dos o tres años sin conflicto serio. No cabe duda de que los vándalos asdingos tenían que organizar los nuevos elementos en su confederación tribal, mientras que los romanos no tenían la fuerza para atacarlos.

No obstante, no iban a tener paz durante mucho tiempo. En 422, los romanos zarparon con un  gran ejército a Hispania, y con los visigodos atacaron a los vándalos en la Bética. Pero como a menudo ocurría en los últimos años del imperio romano occidental, la envidia y las disputas dificultaron la campaña. Bonifacio, el capaz segundo al mando de Castino, rechazó unirse a la campaña, a causa de la arrogancia de Castino y en lugar de esto, zarpó a las provincias norteafricanas, de las que se hizo cargo. Más tarde fue creado conde de África.

A pesar de este desfavorable comienzo de la campaña, los romanos lograron asediar al ejército vándalo en una ciudad de la Bética, donde a punto estuvieron de rendirse debido a la falta de provisiones. Pero en lugar de esperar, el inepto Castino se enfrentó a los desesperados vándalos en una batalla tradicional, donde sus aliados visigodos le traicionaron y fue derrotado. Entonces tuvo que retirarse a Tarraco (Tarragona). Las fuentes mencionan unas pérdidas de 20.000 soldados romanos, aunque esto es sin duda un número inflado. El clérigo Salviano escribre en Sobre el Gobierno de Dios que los vándalos llevaron la Biblia a modo de estandarte al frente de ellos en la batalla, ganando por tanto la victoria. Como esta fue la segunda victoria para los vándalos en solo tres años, pudo haber hecho mucho para reforrza el cristianismo entre ellos.

10. El exilio de Gala Placidia

En la corte imperial de Rávena las intrigas continuaban. La emperatriz Gala Placidia tenía una serie de seguidores visigodos que todavía la apoyaban desde sus días como esposa de Athaulf, y la servían como guardia personal. Este estrecho contacto con los visigodos llevó, al parecer, a una imputacion de traición después de que sus seguidores chocaran con tropas romanas regulares durante disturbios en Rávena. Honorio la expulsó a ella y a sus hijos, el joven Valentiniano y su hermana, y huyeron a Constantinopla enla primavera de 433. Aunque el emperador romano oriental, Teodosio II, nunca había reconocido al último marido de Gala Placidia, Constancio III, como emperador, le ofreció santuario. El conde de África, Bonifacio, fue el único que mantuvo su fidelidad en ella y le mandó todo el dinero que pudo desde el norte de África.

Entretanto, Honorio dependía de Castino, el magister militum y consejero principal del emperador y en virtud de este hecho, enemigo abierto de Gala Placidia- para gobernar el imperio occidental. Cuando Honorio murió en Rávena el 27 de agosto de 423, a la relativamente temprana edad de 39 años, Teodosio II brevemente cumplió como emperador de un imperio unido y gobernó a través de Castino en el oeste. El heredero legítimo, Valentiniano estaba en Constantinopla, así que en Roma un alto funcionario (primicerius notariorum) llamado Ioannes (Juan) tomó ventaja de su ausencia y usurpó el trono del imperio occidetal asistido por Castino. Galia, Hispania y Dalmacia le apoyaron, y solamente Bonifacio en el norte de África permaneció leal y mantuvo sus provincias contra Ioannes y Castino. No obstante, el emperador romano oriental no estaba dispuesto a aceptar a un usurpador en el trono occidental y así intervino para respaldar las pretensiones del joven Valentiniano contra la usurpación. Para hacer esto, Teodosio tuvo que reconocer la posición de la madre de Valentiniano, Gala Placidia, viuda del efímero colega de Honorio, Constancio III, a la que había rechazado reconocer como emperatriz, y quien había huido ahora de Constantinopla.

En 425, Teodosio II estaba listo para desafiar a Ioannes y envió a los magister militum Ardaburio y su hijo Aspar contra Italia, apoyados por una flota que llevaba a Valentiniano III y su madre. Ioannes fue derrotado en batalla en Rávena, capturado y ejecutado. Valentiniano fue hecho emperador el 23 de octubre de 425, aunque solo tenía siete años. Su obstinada madre, Gala Placidia, gobernó en su lugar. Sin embargo, el imperio oriental contiuó ejerciendo fuerte influencia sobre el gobierno del occidental, como se demuestra, por ejemplo, con el nombramiento del magister militum oriental, Ardaburio como cónsul occidental para el año 427.

  11. El contraataque de los vándalos

Los vándalos utilizaron el caos en Italia para devolver la jugada y invadir Hispania, haciendo incluso incursiones en barco sobre las islas Baleares y Mauritania, probablemente en algún momento en 425. Esta fue la primera mención del uso de barcos por los vándalos, de los cuales probablemente habían obtenido el control al ocupar los puertos romanos del sur de la costa de Hispania. los barcos fueron capturados a los romanos, o eran barcos mercantes o incluso navíos pesqueros a los que los vándalos pagaban por sus servicios. Los marinos eran romanos, ya que los vándalos no tenían conocimientos de navegación en esta época. El uso de barcos amenazaba seriamente las ciudades costeras romanas, las cuales habían estado actuando como bastiones contra los bárbaros debido a que eran fáciles de aprovisionar y defender con los romano en pleno control de los mares. La seguridad de las islas romanas también estaba ahora amenazada, al no tener guarniciones dignas de mención. Los vándalos también atacaron la provincia de Tarraconense, saqueando en 428 Cartago Spataria e Hispalis, la última de las cuales fue destruida en gran parte.

A pesar de su éxito, los vándalos aún estabgan amenazados en Hispania. Habían pasado 20 años saqueando las provincias hispanas, y desde su llegada allí, se habían enfrentado en una guerra casi continua con los suevos, los visigodos, y los romanos, todos los cuales estaban presionándoles fuertemente. Los vándalos silingos habían sido prácticamente destruidos, y los alanos habían sido reducidos a un residuo. Era el momento de encontrar nuevas tierras antes de que regresara el hambre, pero ¿en qué dirección? Al norte no era posible, y al sur solo estaba el desierto de Mauritania. El nuevo rey vándalo, Geiserich, que había sucedido a su hermanastro Gunderich, recientemente fallecido (428), demostró una auténtica habilidad política, al tramar un plan para invadir el norte de África, usando el recien adquirido conocimiento de barcos y marchar a través del desierto a las fértiels provincias del África septentrional romana. Pero, ¿cómo pudo conseguir cruzar al norte de África? ¿y qué estaba ocurriendo en el imperio occidental que hizo que le pareciera un momento oportuno para adoptar tal riesgo?

III. La invasión del norte de África (429-439)

1. El escenario político romano  en vísperas de la invasión de África

En los comienzos del siglo V, la emperatriz Gala Placidia era el poder auténtico en el imperio romano occidental, que ella gobernaba a través de su hijo Valentiniano III, que solo era un niño. Ella tenía una sorprendente serie de importantes relaciones familiares: era nieta de Valentiniano I, hija de Teodosio el Grande, medio hermana del emperador Honorio, viuda del rey visigodo Athaulf, viuda de Constancio III, y madre del emperador reinante. Pero su situación era precaria, y tuvo que confiar en varias poderosas personas de la corte para que la apoyaran. Parece que ella tenía por objetivo un equilibrio de poder en la corte, sin que ninguna persona dominara en demasía. Hizo esto enfrentando a la milicia y a la burocracia una contra otra. Los tres poderes principales en los años después de 425 eran los generales de los tres grupos del ejército occidental, Félix, Aecio y Bonifacio.

Flavio Félix era el general superior del ejército de campo central (magister militum praesentialis) en la corte en Italia y había servido en la defensa de Italia desde 425-429. A pesar de ser un actor poderoso en la corte imperial y ser nombrado patricio en 425, por otra parte poco se sabe sobre él.

Su rival Flavio Aecio, sobre el que sabemos mucho más) nació en Durostorum en el bajo Danubio (Silistra en la actual Bulgaria) y siguió los pasos en la milicia de su padre, Flavio Gaudencio, que había sido magister equitum y conde de África (399). Gaudencio sue asesinado en un motín de sus tropas cuando ocupaba su puesto de magister militum en la Galia (magister militum per Gallias). Aecio entró en la guardia imperial pero fue entregado como rehén al rey visigodo Alarich durante tres años, y más tarde a los hunos. Su experiencia con estos dos pueblos y sus puntos fuertes y débiles le dieron una gran ventaja más tarde, cuando se aliaba con o se enfrentaba a ellos en batalla. A la muerte de Honorio y la usurpación de Ioannes, apoyo a la facción de Ioannes. Aecio había reemplazado a Castino, que había comandado el ejécito de la Galia bajo Ioannes. Aecio alcanzó esta posición por una serie de razones, incluyendo sus estrechas conexiones con los hunos. Cuando el ejército del emperador romano oriental Teodosio estaba aproximándose para derrocar a Ioannes, Aecio fue enviado a los hunos para comprar tropas. Regresó con un gran ejército huno -una fuente dice sesenta mil hombres, aunque ese es un número demasiado grande- tres días después de que Ioannes fuera derrotado. Usando a los hunos como moneda de cambio, fue nombrado magister militum en la Galia a cambio de pagar a los hunos para que volvieran a casa sin lucha.

Bonifacio era el tercer hombre fuerte en el imperio occidental. Era conde de África y había permanecido leal a Gala Placidia durante la usurpación de Ioannes. Bonifacio es citado por primera vez por el historiador Olimpiodoro en 413, cuando repelía un asalto visigodo sobre Massalia (Marsella). El rey visigodo Athaulf incluso fue herido, supuestamente, por Bonifacio y tuvo que retirarse con su ejército, liberando, por tanto, la ciudad. Estuvo en el norte de África en 417 como oficial del ejército, y la siguiente vez que es mencionado por las fuentes es en 421-422, cuando la campaña contra los vándalos en Hispania fue planeada. El general Castino tenía el mando supremo, y no quiso dar al cualificado y experimentado Bonifacio una posición adecuada. Ante el insulto, Bonifacio no quiso unirse a la expedición y en su lugar zarpó para el norte de África. Parece que Bonifacio, que durante estos caóticos días del imperio de occidente, era un tribuno, simplemente se hizo cargo de las provincias en el norte de África y las defendió con éxito contra las problemáticas tribus moras. Después de la muerte del emperador Honorio, las acciones más o menos ilegales de Bonifacio en el norte de África fueron perdonadas, y su gobierno allí se hizo legítimo con su desginación como Conde de África en 423. Su firme negativa a reconocer el gobierno del usurpador Ioannes, que estaba apoyado por su anterior enemigo Castino, causó que Bonifacio enviara grandes sumas de dinero a la emperatriz Gala Placidia y apoyar sus pretensiones al trono. El fuerte apoyo de Bonifacio para ella incluso provocó que Ioannes enviara grandes fuerzas al norte de África, debilitando por tanto, sus ejércitos principales antes de la batalla con las tropas romanas orientales de Aspar y Ardaburio. cuando Ioannes fue destronado y ejecutado, el futuro de Bonifacio como uno de los principales consejeros de Gala Placidia fue asegurado, y en 425 fue nobmrado Comes Domesticorum pro su lealtad. No obstante, no recibió la esperada promoción a general del ejército de campo central, posiblemente a causa de su matrimonio con una mujer arriana (de acuerdo con el senador y poeta Sidonio Apolinar, ella era una princesa goda) y porque tenía una hija bautizada por un sacerdote arriano. En su lugar, Flavio Félix recibió el título.

Durante unos pocos años, la estrategia de Gala Placidia pareció funcionar. Ninguno de los tres llegó a ser dominante. Pero fue difícil mantener el delicado equilibrio. Félix, que estaba más cercano a la corte y quizás era el más poderoso de los tres, abrió el conflicto. En 427, acusó a Bonifacio de deslealtad y le ordenó regresar a Italia. Bonifacio sabía bien qué ocurriría y así rechazó las órdenes. En respuesta, Félix envió un ejército al norte de África, pero Bonifacio lo derrotó. Esto debilitó a Félix, Aecio vio entonces su oportunidad de entrar en escena. Había derrotado a los visigodos en la Galia en 426 y a los francos en 428, de modo que sus espaldas estaban aseguradas por el momento, y su éxito probablemente le había hecho popular en la corte. En 429, Aecio fue creado general adjunto del ejército de campo central en Italia. En mayo de 430, Félix y su esposa fueron arrestados por conspirar contra Aecio (los detalles del supuesto complot no están claros), y fueron ejecutados en Rávena. Mientras, los vándalos tomaron ventaja de la preocupación de los tres generales e invadieron Mauritania en 429, luego fueron saqueando a lo largo de la costa africana hacia Cartago y derrotaron a Bonifacio dos veces en batalla.

Parecía que Aecio había ganado la lucha por el poder, y pronto volvió a la Galia para mantener a los bárbaros bajo control. Pero Gala Placidia no había abandonado su estrategia. Para compensar el recién obtenido poder de Aecio, volvió a llamar a Bonifacio a Italia y le hizo general del ejército de campo central. Aecio inmediatamente volvió a Italia con un ejército. Los dos antagonists se enfrentaron en batalla cerca de Ariminum (Rímini) en 432. Bonifacio ganó la batalla pero fue mortalmente herido y murió poco después. Su viuda se casó más tarde con Aecio. Mientras este se retiraba a sus haciendas en el campo, Sebastián, yerno de Bonifacio, intentó ocupar la posición de su suegro en la corte.

Aparentemetne después de que Sebastián fracasara en un intento de asesinato sobre él, Aecio vovlió a escena. En 433, regresó a Italia con grandes fuerzas hunas, y Sebastián fue obligado a huir a Constantinopla. Con la oposición huida, Aecio era ahora el hombre más fuerte en el estado y fue hecho general superior del ejército de campo central. Su posición suprema fue confirmada el 5 de septiembre de 435, cuando fue nombrado patricio. Sebastián permaneció en Constantinopla durante la siguiente década, pero retornaría entonces a escena.

2. La llegada al poder de Geiserich

En los primeros meses de 428, el rey Gunderich murió en Hispalis después de tomar la ciudad. De acuerdo con el clérigo Hidacio, fue un castigo divino durante el saqueo de los tesoros de una iglesia. Su hermanastro menor y bastardo, Geiserich, hijo de Godegisel y una concubina de origen no germánico, le sucedió, saltando a los dos jóvenes hijos de Gunderich, que eran menores. Más tarde les asesinó en el norte de África para asegurar la sucesión de su propio hijo. De acuerdo con Procopio, Geiserich murió a una avanzada edad en 477, y, por tanto, no puede haber nacido mucho antes de 390, de modo que era un muchacho cuando comenzaron las migraciones desde las tierras natales vándalas. No se sabe mucho de las circunstancias de su sucesión. Pero como no hay evidencia de usurpación en las fuentes, lo más probable es que fue elegido por los nobles vándalos y el ejército, como era costumbre entre las tribus germánicas en el periodo de la migración. Sin duda, la sucesión de los jóvenes hijos de Gunderich no era aceptable para la nación guerrera, la cual estaba involucrada en serias guerras contra sus vecinos.

Geiserich iba a llegar a ser una de las más importantes figuras en Europa durante los siguientes cincuenta años. Aún incluyendo las más recientes victorias en Hispania, los vándalos no parecían haber sido particularmente exitosos en la guerra hasta su tiempo. Fueron derrotados por los longobardos en Polonia y el rey godo Geberich en Moravia, y más recientemente por los francos en el Rhin. Ahora los visigodos estaban ganando generalmente en muchas de las batallas.

Geiserich cambiaría todo esto y transformaría a los vándalos de una tribu errante en un importante poder en el Mediterráneo, seguro de sus enemigos, rico y rebosante de comida. Fue considerado cruel pero también inteligente y valeroso. Es descrito como codicioso, pero esto no era un rasgo raro entre los bárbaros -o los romanos, si vamos al caso. Era rápido en actuar y hacer aliados en la confusión que era el imperio romano occidental en el siglo V, con alianzas y condiciones constantemente cambiantes. Sus vándalos más tarde le considerarían el más grande de sus reyes y basarían su sucesión real en la familia ligada a él. El historiador godo Jordanes le describe como un hombre de estatura moderada y cojo por una caída de su caballo. Era, dice jordanes, "un hombre de pensamiento profundo y pocas palabras, despreciando la lujuria, furioso en su ira, ávido por ganar, inteligente para convencer a los bárbaros y habilidoso en sembrar las semillas de la disensión para despertar la enemistad". Malco, un orador romano del siglo V, habla de la gran energía de Geiserich para actuar y de la previsión en los asuntos militares, manteniendo siempre reservas listas para trasladarse rápidamente si surgía la oportunidad. Era un cristiano arriano, pero Hidacio le describe como un apóstata, posiblemente debido a que su madre, que pudo haber sido una cristiana ortodoxa romana, le crió en su fe. Al convertirse en un hombre, cambió a la fe arriana de su pueblo.

3. Los preparativos para la invasión de África

En mayo de 429, Geiserich reunió a todo el pueblo de sus tribus y los alanos en la costa norte del Estrecho de Gibraltar. La confederación incluía una cierta cantidad de godos e hispanorromanos. La decisión de invadir el norte de África probablemente se tomó con los nobles. Geiserich se enfrentó a una rebelión de la nobleza en 442, cuando era mucho más poderoso, pero en 429, como rey recién elegido, probablemente no estaba en posición de tomar decisiones dictatoriales. Por tanto, debemos asumir que había un amplio acuerdo entre los nobles vándalos praa invadir África.

La explicación dada por algunos, como Salviano, de que las razones para la migración eran religiosas, no parece verdadera. La ofrecida por Casiodoro, de que estaban presionados por los visigodos, suena más probable. Básicamente, la invasión del norte de África debe haber parecido a Geiserich y a los nobles vandalos que ofrecía un futuro mejor que quedarse en Hispania, defendiéndose de los visigodos, suevos y romanos. La presión por parte de los romanos y sus tribus federadas estaba creciendo, como se desprende de que los romanos hubieran puesto en movimiento en 428-429 a los suevos y visigodos para atacar a los vándalos. Sin duda, los comerciantes de los puertos de Hispania habían hablado a los vándalos de la rica provincia africana, llena de comida y botín. De modo que la combinación de la presión romana en Hispania, el hambre, y la oportunidad ofrecida por la guerra civil en el norte de África fue la mejor oportunidad que los vándalos tenían de encontrar un nuevo reino en un lugar seguro con bastante comida. El objetivo desde el comienzo de la migración, hacía más de una generación, aún era el mismo, pero con un nuevo objetivo geográfico.

Pero las hazañas de los vándalos en Hispania no habían terminado. Cuando Geiserich fue informado de que Hermigario, rey de los suevos, estaba saqueando alguna de las provincias cercanas a su ruta de marcha, giró su ejército y le atacó cerca de Emérita Augusta. Geiserich probablemente sintió que estaba invitando al desastre al trasladar a todo su pueblo con un ejército hostíl a su espalda. Los suevos fueron derrotados y su rey ahogado durante su huida cuando cruzaba el río Guadiana a las afueras de Emérita Augusta. Con los suevos derrotados, Geiserich volvió a la travesía al norte de África.

Antes de embarcar, prosiblemente para organizar el transporte de la nación, había contado a todos los varones desde "los que habían sido dados a luz ese mismo día" hasta los "ancianos, jóvenes y niños, esclavos y amos", como nos cuenta Victor de Vita. Había juntos 80.000 varones. Su número ha recibido mucha atención por parte de los historiadores como ejemplo único del tamaño de una de las tribus que migraban. Pero el consenso es que el número es demasiado alto, y que una estimación más realista sería alrededor de 80.000-100.000, pero contando a todas las personas, no solo a los varones. Este registro nos da una buena base para evaluar el aprovisionamiento de tal multitud en camino. Incluso con pequeñas raciones, una estimación aproximada sería que requerirían más de 100-120 toneladas de grano cada día, así como otro tipo de comida y agua. También se necesitaría forraje y el agua para los caballos y animales que tiraban de sus carros. El ejército de 13.000 hombres del emperador Juliano en la batalla de Argentoratum en 357, del que 3.000 eran caballería, requirió un mínimo de 30 toneladas de grano, 12 toneladas de forraje, y 113.500 litros de agua cada día. Y esto era solo para los hombres y caballos combatientes -además de esto, esclavos y la impedimenta también tenían que ser alimentados. Otros han estimado que las necesidades diarias para los soldados en la época sería de 1 kg. y medio de grano por individuo, complementadas por otros tipos de comida, y casi 4 kg. y medio  de grano y otros cuatro y medio de forraje para el caballo.

El dato de 80.000 a 100.000  individuos también nos determina la fortaleza militar probable de los vándalos. La ratio de combatientes y no combatientes entre las tribus en la antigüedad se considera generalmente que había sido de 1 a 4 o 1 a 5, de modo que la fuerza de los vándalos habría ascendido a 20.000 o 25.000 guerreros -no mucho para tomar las bien defendidas y aprovisionadas provincias del norte de África. No obstante, debido a que las tribus habían estado emigrando durante más de dos décadas, la proporción de guerreros a no combatientes podía haber sido mucho más alta, ya que los débiles y los enfermos no habían sobrevivido a la dura vida del viaje.

4. Las provincias de África del norte

La parte del norte de África que nos concierne consistía en la línea de costa desde los Pilares de Hércules (Estrecho de Gibraltar) hasta la Cirenaica occidental. Esta área se dividía en 7 provincias, de oeste a este: Mauritania Tingitana (capital: Tingis), Mauritania Cesariense (capital: Cesarea), Mauritania Sitifense (capital: Sitifis), Numidia (Capital: Cirta), África Proconsular o Zeugitana (capital: Cartago), Bizacena (capital: Hadrumentum) y Tripolitania (capital: Tacapae). Se cree que las provincias tenían de 1 a 3 millones de habitantes combinados, en torno a un 20 % de los cuales eran esclavos.

La Mauritania Tingitana consistía en una franja costera desde Tingis (Tánger, en la actual Marruecos) hasta Sala Colonia (Salé en Marruecos) en el sur, y el río Oued Laou en el este, y estaba separado por más de 300 kms. de desierto desde Mauritania Cesariense, de modo que se consideraba que formaba parte de la diócesis hispana (división administrativa del imperio romano tardío). Lsa dos sigueintes provincias, Mauritania Cesariense y Mauritania Sitifense, estaban, como Tingitana, menos desarrolladas que las regiones interiores del imperio romano, y no había muchos asentamientos aparte de la gran ciudad de Cesarea (Cherchell en la actual Argelia), la anterior capital de los reyes mauritanos. Por tanto, las provincias no eran pobres, y las muchas villas que salpicaban la campiña probablemente producían mucho grano La provincia más oriental de Tripolitania, llamada así a partir de sus tres ciudades (Leptis Magna, Oea, y Sabratha), era similar, pero con una extensa y difícil frontera desértica, y era constantemente atacada por las tribus nómadas del desierto. Tripolitania no era una provincia rica, con solo una estrecha franja de tierras fértiles a lo largo de la costa.

El  corazón del África septentrional romana estaba formado por las provincias de Numidia, Bizacena África Proconsular; en esta última estaba el centro de poder romano, la ciudad de Cartago. Estas tierras eran ricas en grano, aceite de oliva, y vino y habían sido así desde hacía más de 700 años. La producción agrícola no había hecho más que incrementarse desde que los romanos tomaron la región en 146 a.C. a los cartaginenses en la Tercera Guerra Púncia, y el norte de África y Egipto eran los principales suministradores de grano en Roma e Italia.

Cartago había estado en ruinas desde la destrucción de los cartaginenses en el siglo II a.C. hasta su refundación a mediados del siglo I a.C. por Julio César, y esto había ayudado a prosperar probablemente a otras ciudades de la región, tales como ÚticaHippo Regius. Las tres provincias estaban dotadas con grandes haciendas, muchas de ella apropiadas por el emperador y cultivadas por cientos de miles de esclavos de todo el imperio. Las incursiones constantes de las tribus del desierto no habían dañado la prosperidad de las tres provincias nucleares de África del norte, que eran, en esta época, las mas ricas del imperio occidental.

Hacia el comienzo del siglo V, Cartago tenía una población estimada entre 100.000 y 200.000 habitantes y era la tercera ciudad más extensa en el imperio después de Roma y Constantinopla. Además era un gran centro cultural, y el pilar económico central del vapuleado imperio occidental. Los ingresos procedentes del norte de África eran esenciales para las finanzas del oeste y pagaba enórmemente por las grandes fuerzas armadas permanentes que el imperio necesitaba para defender las restantes provincias, más expuestas, de Europa. Hacia 429, África del norte era la única parte del imperio que no había sido saqueada en años recientes.

5. La administración del África septentrional romana

a) La administración civil

La autoridad civil había sido separada, desde la época de Constantino el Grande (306-337), de la autoridad militar. Los funcionarios principales procedían de distinguidas familias y eran apoyados en su trabajo por una serie de funcionarios menores. El principal servidor público era el vicarius Africae (gobernador de la Diócesis de África), que presidía en Cartago y estaba sujeto al prefecto del pretorio en Italia (Praefectus Praetorio Italiae), pero era nombrado directamente por el emperador. Debajo de él estaban los gobernadores civiles de Tripolitania, Mauritania Cesariense, Mauritania Sitifense, Bizacena y Numidia. El funcionario civil principal en la provincia proconsular era el procónsul, que estaba directamente bajo el emperador. Mauritania Tingitana era parte de la Diócesis de Hispania, de modo que el principal servidor público allí estaba bajo la autoridad del vicarius Hispaniae. El gobernador provincial supervisaba las funciones policiales, recaudacion de impuestos, y la justicia civil y militar. Los impuestos eran reunidos principalmente en moneda o en especie. Los ingresos de las provincias fluían a las arcas (el llamado fiscus) del Conde de la Sagrada Dádiva (Comes Sacrarum Largitionum) en Roma -principalmente peajes, ingresos de las minas y factorías del estado e impuestos, en la medida en que no eran usados para los sueldos para la administración civil y el ejército. El Conde de las Sagradas Dádivas tenía una serie de servidores públicos en el norte de África que gestionaban las factorías de tejidos, industria moribunda, y la recaudación de impuestos. El emperador también poseía vastas áreas de propiedad privada en el norte de África. Tras la derrota del usurpador Gildo en 398, las tierras que le fueron confiscadas, que incluían más de la mitad de las tierras en la Proconsular, tenían que ser administradas por un funcionario separado, el Conde del patrimonio Gildoniano.

Como en otras partes del imperio, la administración del norte de África descansaba en las ciudades locales. En la cima de la adminsitración local estaba el consejo local -ordo curia- que, aparte de la administración local, también estaba a cargo de la recaudación de impuestos. Los funcionarios más altos en cada consejo ciudadano eran los dos duumviri, que presidían el consejo, y administraban cualquier jurisdicción que todavía conservaran las ciudades. Dos funcionarios imperiales, el procurador de las finanzas del estado y el defensor,  tenían jurisdicción en los casos legales más pequeños; los casos mayores se llevarían ante el goberndor provincial. El procurador y el defensor eran nombrados o aprobados por el emperador. Su administración era apoyada por una serie de funcionarios menores.

b) La administración militar
La administración militar en las provincias de Proconsular, Bizacena, Numidia, Mauritania Sitifense, y las partes orientales de Cesariense estaban en manos del Conde de África, con su sede en Cartago y bajo el magister militum en Roma. El resto de la Cesariense, Tripolitania y Tingitana estaban bajo comandantes separados -duces- y en Tingitana, un comes. Como en la Galia, existía una diferencia entre las tropas que defendían la frontera y el ejército movil estacionado más al interior de las provincias. Las fronteras de las provincias estaban separadas en secciones. Cada sección tenían un castra, o fortaleza, donde estaban estacionados los oficiales de las tropas fronterizas en esa sección. Las tropas mismas estaban estacionadas en una serie de fortalezas más pequeñas a lo largo de la frontera. Las tropas que protegían la frontera eran llamadas limitanei y eran campesinos a tiempo parcial que cultivaban las tierras adjuntas a cada guarnición. Las tropas locales se encargaban de la supresión de las bandas guerreras más pequeñas y bandidos, y para realizar lo que ahora llamamos deberes policiales.

6. Las defensas de África 

Para saber qué defensas estaban esperando a los vándalos en el norte de África tenemos la Notitia Dignitatum, documento de principios del siglo V, que muestra la organización adminsitrativa de los imperios oriental y occidental, enumerando los cargos de la corte imperial así como las unidades que ellos mandaban. Parece describir la organización del imperio occidental alrededor de la segunda década del siglo V, y del imperio oriental hacia el 400. La Notitia enumera las siguientes fuerzas estacionadas en el norte de África bajo el Conde de África: 

Además, un considerable número de limitanei, la mayor parte probablemente de origen bárbaro, vigilaba la larga frontera del desierto, que estaba amenazada por los incansables moros. La Notitia Dignitatum enuemra 16 guarniciones de limitanei en África Proconsular, 8 en Mauritania Cesariense, y 14 en Tripolitania de fuerza desconocida. Juntas esto hacía 38 unidades de guarnición totalizando quizás al menos 10.000 hombres, y 31 unidades de ejército de campo con una fuerza teórica de 21.000 hombres. No obstante, el ejército era potente en caballería con una fuerza de unos 9.500 soldados. En Mauritania Tingitana eran unidades con una fuerza teórica de 4.000 soldados. Pero las unidades en el norte de África en absoluto estaban en pleno rendimiento. Algunas habían sido retiradas a a otros escenarios de guerra (tales como los combates con el rebelde Heracliano en Italia en 413) y no tenían que regresar necesariamente a sus campamentos en el norte de África o ser llevadas para reforzarse. Así que es imposible calcular el número exacto de tropas estacionadas en el norte de África. Pero sabemos a partir de San Agustín y el historiador Olimpiodoro que Bonifacio tenía como tropas principalmente a mercenarios visigodos, y no se mencionan tropas romanas regulares. Además, la aparente fuerza de las tropas romanas en el norte de África puede ser engañosa. El ejército estaba principalmente constituido y situado para absorber ataques procedentes del desierto y no de Hispania. La posibilidad de ataques moros hizo peligroso mover a los limitanei de sus estaciones de frontera, y para empezar no eran soldados de primera clase.

7. La flota romana

En el imperio temprano, la defensa de las costas fue encomendada a un destacamento de la flota siria y egipcia, estacionada en el puerto de Cesarea. Parece que este destacamento fue eliminado antes de la invasión vándala, ya que no tenemos noticias de ninguna batalla naval durante ese tiempo. La flota, que Heracliano utilizó para alcanzar Italia en 413, probablemente consistía en transportes procedentes de la flota del grano, barcos mercantes de Cartago y los otros grandes puertos del norte de África, y pocos o ningún barco de guerra. La Notitia Dignitatum no menciona ninguna flota en el norte de África. Sin embargo, sabemos que la marina romana operó en el Mediterráneo occidental contra los visigodos en Hispania en 415. Pero en 425, parece que los vándalos pudieron asaltar las Islas Baleares sin problema.

8. Los Moros

Fuera de los límites de las provincias africanas estaban los beréberes -del latín Barbari, o como también eran conocidos por los romanos, Moros (Maurusi). Vivían en las montañas y estepas así como en los largos tramos de desiertos. La mayoría de las tribus eran nómadas y llevaban un vida rigurosa en el desierto y se mantenían mediante la cría de ganado y las incursiones a las tierras romanas, pero algunos estaban más asentados y cultivaban grano. Las tribus se componían de varios grupos, incluidos los pueblos rubios conocidos ahora como marroquíes y cabilas. Se ha sugerido que estos pueblos eran descendienetes de vándalos y moros, pero no hay indicios para apoyar esta idea.

Las tribus vivían en pobres chozas y dormmían sobre la tierra. No tenían pan o vino, y aparte de carne y leche, comían tortas de cebada o avena que se cocían en las cenizas calientes de sus fogatas. Militarmente, dependían de ataques por sorpresa y de su masivo número para sobrepasar al enemigo. Si esto no sucedía, eran rápidos en retirarse a sus santuarios en las montañas o en el desierto. Estaban armados con jabalinas, espadas y pequeños escudos delgados. Su movilidad estaba ayudada por caballos -principalmente usados por las tribus occidentales- y camellos, que eran muy empleados por las tribus en Tripolitania.

Solamente mediante el uso habilidoso de las fuerzas militares disponibles y jugando diplomáticamente para enfrentar a las tribus unas con otras los romanos lograron mantener las tierras romanas en el norte de África generalmente sin daños. A menudo las tribus se mantenían en una laxa sumisión a los romanos, y muchos moros servían en el ejército romano como infantería ligera o caballería ligera. Los jefes tribales también estaban acostumbrados a recibir sus símbolos de cargo del emperador romano. No obstante, su alianza al imperio romano se volvió cada vez más débil, al declinar la fortaleza del imperio. Tuvieron lugar diversas incursiones de consideración en la segunda mitad del siglo IV que afectaron a las provincias exteriores.

Firmo, el líder de una serie de tribus moras, intentó en 372 separar el norte de África del imperio con el apoyo de los herejes donatistas. Después de tomar la totalidad de Mauritania, solamente pudo ser derrotado con dificultad. El hermano de Firmo, Gildo había apoyado a los romanos en la lucha y a cambio fue hecho conde y jefe de todas las tropas en África (comes et magister utriusque militae per Africam). Sus pricnipales seguidores fueron las tribus de los Nasamones, los Garamantes y Nazakos en Tripolitania. Más tarde, en otoño de 397, él también se rebeló con el apoyo de las clases más bajas y de los donatistas en las provincias romanas. La primera acción de la rebelión de Gildo fue parar el comercio de trigo y amenazar con matar de hambre a Roma e Italia, y declarar su alianza con Constantinopla. No obstante, su hermano Mascezel se volvió contra él y puso  los jefes moros en su contra.

También, después de que Bonifacio se convirtiera en Conde de África en 423, combatió a las tribus. Otras incursiones amenazaron a las provincias romanas en 428, justo antes de las invasión vándala, prosiblemente porque la atencion de Bonifacio estaba ocupada con la lucha con  Félix y sus generales.

De modo que el norte de África se encontraba en un serio estado de desorganización a comienzos del siglo V, debido a las rebeliones de Firmo y Gildo, la inquietud religiosa, y los problemas sociales. Encima de esto, siendo el norte de África la única región del imperio romano occidental que se mantenía de alguna manera intacta, se le hacían grandes demandas para que pagara por la supervivencia del resto del imperio occidental, que estaba siendo inundado por los bárbaros. Después de la ejecución de Estilicón en 408, poco quedaba entre los visigodos y Roma, la cual cayó en manos de Alarich el 24 de agosto de 410. Con refugiados que fluían desde Italia trayendo noticias de la caída de la capital, las fuerzas anti-cristianas ganaron credibilidad para su creencia de que fue un castigo por abandonar le fe en los dioses. En 410, posiblemente como respuesta al malestar general, se cancelaron los atrasos de impuestos de las provincias del norte de África. Debido a la ulterior inquietud religiosa, se celebró un Concilio de Cartago en junio de 411, en el que participaron 286 obispos católicos y 279 obispos donatistas. Allí, los donatistas fueron finalmente condenados y se aprobaron severas leyes contra ellos.

No obstante, no fue suficiente. En 412, Heracliano, el conde de África, estaba cada vez más preocupado de que fuera llamado de vuelta a Italia para responder por su mala administración. Su revuelta comenzó al restringir el suministro de comida de Italia y estaba dirigido a causar hambre en Roma. Entonces llevó su flota de 3.700 barcos -con probabilidad principalmetne transportes procedentes de las flotas de grano- contra Italia para deponer al emperador Honorio. Pero fue derrotado en Ocriculum (Otricoli, en al actual Italia) y forzado a huir al norte de África. En el verano de 413 fue capturado y decapitado allí. De su revuelta se culpó a los donatistas, quienes fueron perseguidos aún más.

9. Los vándalos invaden África

Hacia mayo de 429, los vándalos y alanos había reunido sus tribus y zarparon desde Julia Traducta (Tarifa), en navíos mercantes y de pesca romanos y cruzaron hasta la costa de África, hasta Tingis (Tánger) o Septem Fratres (Ceuta), ambas en la Mauritania Tingitana. Septem Fratres era el lugar de desembarco más probable, a poco menos de unos 30 kilómetros de Hispania, y desde allí se pusieron en marcha más lejos en el camino romano junto a la costa hacia la proconsular. No es probable, como cree algún historiador moderno, que dividieran sus fuerzas y desembarcaran tanto en Tingis como en Septem Fratres, ya que esto dividiría su fuerza demasiado en un punto crítico de la campaña. Las fuerzas que desembarcaran en Tingis tendrían que alejarse hacia el sur para cruzar el paso de Taza antes de ser capaces de unirse con las fuerzas que desembarcaran en Septem Fratres y marchar sobre el camino de la costa. La creencia de que los vándalos desembarcaron primero en Tingis y más tarde navegaron a Septem Fratres no existía ningún camino ha sido refutada por los hallazgos arqueológicos, incluyendo una estación militar en el paso de Taza e inscripciones. Desafortunadamente, no obtenemos pistas a partir de las fuentes sobre donde tocaron tierra exactamente.


Posibles rutas de desembarco vándalo en África

Parece que no hubo barcos suficientes para permitir que los vándalos se desplazaran más lejos del punto de cruce hasta África. Los números dados por  Procopio a partir de la invasión posterior de África de 533 muestran que cada barco llevaba unos 70 hombres más caballos y suministros. Geiserich, por tanto, habría necesitado más de 1000 barcos para transportar a su pueblo de una sola vez. Pero en la década de 460, la expedición del emperador Mayoriano pudo reclutar solamente unos 300 barcos, a pesar de reunirlos desde todo el imperio occidental. Teniendo solamente la provincia Bética bajo su control, Geiserich no tenía nada como eso a su disposición, y así habría tenido que trasladar a su pueblo a través de los estrechos. Sin duda la falta de barcos disponibles para llevar caballos y la pesadilla logistica hicieron de esta la única opción.

Trasladando al pueblo vándalo, así como los pertrechos y los suministros, probablemente llevó alrededor de un mes de idas y venidas. No podemos esperar que hubiera ninguna resistencia romana significativa en Mauritania Tingitana. Lo más probable es que las pocas guarniciones romanas se quedaran tras sus muros y esperaran a que los vándalos siguieran adelante.

Aunque no se nos dice así en las fuentes, es posible que algunos elementos de la flota siguieran a las tribus vándalas a lo largo de la costa para facilitar los suministros en las regiones más desiertas. Sabemos que más tarde en el asedio de Hippo Regius, los vándalos habían adquirido algunos barcos. Posiblemente el uso de barcos también explicaría su facilidad al tomar las muchas ciudades costeras a lo largo de su camino.

Las fuentes literarias sobre los movimientos de los vándalos son escasas, pero los indicios arqueológicos sugieren que el grupo principal continuó su marcha por el camino de la costa. Si marcharon desde Tingis, los vándalos probablemente se desplazrían a lo largo de la vía hacia las ciudades de Lixus (cerca de Larache en  el actual Marruecos), Volubilis (cerca de Meknes, Marruecos), Numeros Syrorum (cerca de Maghnia en la actual Argelia), y Pomaria (Tlemcen en Argelia). Desde allí fueron por el paso de Taza y después hasta Altava (cerca de Ouled Mimoun en la actual Argelia) -en total una distancia de unas 695 kilómetros. Si tomaron el camino de la costa desde Altava, había uno 700 kilómetros, que tomarían unos siete meses. Si los vándalos desembarcaron en Septem Fratres, habrían salvado más de 200 kilómetros en la marcha hacia Altava. Los problemas de abastecimiento para tal multitud en un lugar probablemente causarían que las tribus se desbandaran poco después del desembarco y se trasladaran en diersas columnas. Al usar el camino de la costa desde Septem Fratres, la situación del abastecimiento habría sido facilitada un poco.

Desafortunadamente, las fuentes no dicen casi nada del largo viaje a través del norte de África. No obstante, los historiadores franceses habían calculado que los vándalos se trasladaron hacia Hippo Reggio en una proporción de unos 5 kilómetros y medio al día. Esto debe considerarse de hecho bastante rápido durante un periodo tan largo. Sin duda hubo escaramuzas o pequeños asedios a lo largo del camino, y debido a que los vándalos eran un pueblo de caballos, solo pastar habría llevado mucho tiempo. Buscando comida también habría consumido tiempo. Probablemente los no combatientes viajaban en carro tirados por bueyes o andando. Como comparación, la marcha diaria del ejército romano en el siglo V estaba alrededor de 20 kilómetros en camino. Solamente mediante la separación de los animales de carga podría ser incrementada, y no podía hacerse durante un periodo extenso. De acuerdo con un sermón del obispo Ambrosio de Mediolanum, el ejército romano marchaba tres días y descansaba el cuarto. Así, en conjunto, la marcha era larga y ardua, lo cual era un ritmo bastante rápido para tal multitud. Incluso con el apoyo de los barcos, el trayecto de más de 2.000 kilómetros a través del norte de África, debió haber sido ciertamente duro, especialmente si no solo había un ejército viajando sino mujeres y niños también. La migración debió haber costado grandes perdidas entre los más débiles, así como entre los caballos y animales domésticos.

Los vándalos llegaron a Altava entre el 14 de agosto y el 1 de septiembre de 429, como se fecha por una inscripción que registra la muerte de un provincial "por espada bárbara". El término "bárbaro" debe haberse referido a los vándalos, puesto que los moros locales generalmente eran conocidos por sus nombres tribales más que como bárbaros. Desde Altava, los vándalos volvieron hacia el mar y saquearon su camino a través de Tasacora, Portus Magnus, Cartenna, CesareaIcosium (Argel), Auzia (Aumale), Sitifis (Sétif), Cirta (Constantina), Calama, Thagaste (Souk Ahras), Sicca Veneria (El Kef) y Thuburbo Maius (Kasbat). Los habitantes locales eran asesinados o tomados como esclavos, y sus villas y casas quemadas. Las iglesias católicas y monasterios también fueron quemados. Los decretos papales -respuestas del papa a la preguntas de los individuos- escritas poco después de la invasión dejan claro que los que no lograban huir de los bárbaros, se enfrentaban a la muerte o la mutilación, y un decreto considera la situación de las vírgenes consagradas que habían sido violadas durante la invasión.


Ruta de conquista del pueblo vándalo

Parece que las ciudades y poblaciones cayeron fácilmente, probablemente a causa de la falta de provisiones y guarniciones. Algunas ciudades no tenían murallas y así caían más fácilemente. Poedmeos sorprendernos del éxito de los vándalos, que no tenían conocimiento previo de la toma de ciudades fortificadas. De acuerdo con Victor de Vita, los vándalos apilaban cadáveres alrededor de los muros para obligar a los habitantes a rendirse a causa del hédor y la enfermedad. Esto, no obstante, parece improbable, porque las autoridades romanas sabían que los cadáveres no planteaban peligro más allá de los muros de la ciudad. Los vándalos pudieron haber usado a la población local como escudos humanos cuando asaltaban los muros, y suyos pueden ser los cuerpos que describe Victor siendo apilados alrededor de los muros.

Sin duda, como en el caso de otras invasiones bárbaras, a los vándalos se les unían esclavos y las clases bajas, que veían un camino para cambiar sus condiciones. Esto pudo causar traiciones en las ciudades y ayuda a los vándalos sitiadores. También vemos indicios que los vándalos haciendo pleno uso de su caballería para cabalgar lejos y sorprender a las ciudades romanas. Mientras estaba conduciendo la campaña militar, Geiserich también tenía que asegurar suministros para quizás más de 60.000 no combatientes -número incrementado por desertores, esclavos, arrianos, donatistas y coloni.  no cabe duda de que los barcos también fueron usados para facilitar la situación del suministro.

A comienzos de 430, solamente Cirta e Hippo Regius había conseguido mantener las murallas contra los vándalos, pero una tentativa de éstos para sorprender a la guarnición de Cartago había fracasado. El resto de las ciudades habían caído pronto, pero no sabemos exactamente cuándo. Después del fallido intento sobre Cartago, una parte de los vándalos penetró al sur en Bizacena, que saquearon en la segunda mitad de 430, y el cuerpo principal se volvió en dirección a Hipo Regius, sobre Útica, Hippo Diarrhytus y Thabraca. En la región de Hippo Regius, el conde Bonifacio se sintió bastante fuerte para encontrarse con los vándalos en una batalla  en campo abierto, con las tropas del norte de África y su guardia personal, pero fue derrotado y tuvo que retirarse al interior de la ciudad misma. Bonifacio pudo haber tenido problemas con sus tropas germanas (principalmente visigodos) al ser arrianos y, por tanto, estar listos para pasarse a los vándalos.

Los vándalos persigiuieron a Bonifacio, llegaron ante los muros de Hippo Regius a finales de mayo o junio de 430, e inmediatamente iniciaron su asedio. El objetivo de Bonifacio era retardar a los vándalos -que fueron obligados a moverse continuamente para proteger a su poco manejable masa de no combatientes- y esperar un posible apoyo desde Roma y el imperio oriental. Para Geiserich, esta era una oportunidad para destruir al comandante romano en el norte de África con la mayoría de sus tropas, tomando la segunda ciudad del norte de África y un gran puerto para asegurar sus suministros.

Hippo Regius era la ciudad del obispo San Agustín y el lugar donde escribió sus muchos libros, incluyendo su trabajo más grande, La Ciudad de Dios (De Civitate Dei). Murió durante el tercer mes de asedio, en agosto de 430 a los 76 años. Durante 14 meses (mayo a julio de 430) los vándalos sitiaron Hippo Regius. Pero la defensa tuvo éxito, probablemente debido a su falta de medidas para aprovisionar una gran fuerza en el mismo lugar durante un periodo extenso. Cargado con tantos no combatientes, los vándalos fueron obligados a vivir del país y así no pudieron quedarse mucho tiempo en la misma región. El hecho de que pudieran mantaner el asedio de Hipo Regius durante tanto tiempo es testimonio de la fertilidad de las provincias africanas. Y así, presionados por el hambre, los vándalos levantaron el asedio en julio de 431.

10. El fin de Bonifacio

Los romanos occidentales respondieron a la desesperada situación del norte de África, y en 432 enviaron grandes fuerzas para aliviar a Bonifacio. A esta se unieron las tropas enviadas desde el imperio romano oriental bajo el mando de un joven pero veterano general en jefe, Aspar, que era de ascendencia alana. Con las tropas añadidas y el infructuoso asedio de Hippo Regius, Bonifacio y Aspar intentaron decidir la guerra en una batalla campal frente a los muros de Cartago en 432. Pero los romanos fueron derrotados de nuevo por la caballería ligera vándala y la habilidad militar de Geiserich. Solo Procopio menciona esta batalla, así que pudo haber sido solamente una escaramuza.

Bonifacio fue traído de vuelta a Roma para enfrentarse a su rival Aecio. Fue derrotado pero murió de las heridas sufridas en la batalla. El 1 de enero de 434, Aspar fue nombrado cónsul del imperio occidental en Cartago, y por tanto debemos asumir que se había hecho cargo del gobierno del norte de África tras la partida de Bonifacio. El simbolismo de designar a uno de los hombres más importantes del imperio oriental cónsul del imperio occidental también demuestra la importancia que el Este jugaba en la defensa del África romana.

De acuerdo con el obispo Posidio, los vándalos tomaron Hippo Regius depués del réves en Cartago y la quemaron. No obstante, los indicios arqueológicos no apoyan esto. A pesar del saqueo, que puede no haber sido tan severo, Geiserich, hizo de Hippo Regius su residencia. Hasta 435, los vándalos liderarían una guerra inconclusa contra Aspar, siendo asesinada o esclavizada la población del norte de África, y padeciendo hambre. Los vándalos castigarían en particular al clero católico y a la nobleza romana en las provincias, probablemente no por razones religiosas sino porque eran los más ricos y acérrimos partidarios del imperio.

11. La paz con los romanos

La corte de Rávena entendió que no tenía el poder para derrotar a los vándalos -al menos ahora- pero tampoco los vándalos tenían poder para tomar Cartago. Geiserich necesitaba consolidar sus conquistas, y la falta de habilidad de los vándalos para tomar las murallas de las ciudades el impedía la entrada a la bien defendida Cartago indefinidamente. De acuerdo con Procopio, Geiserich reflexionaba sobre la posibilidad de que el oeste y el este pudieran unirse de nuevo contra él y que dos batallas eran suficientes oportunidades aprovechadas, cuando una simple derrota se mostraría fatal para la causa vándala. También puede especularse que a pesar de sus victorias, las perdidas también habían sido duras, y tenía la responsabilidad de todos los no combatientes de su pueblo, que estaban sufriendo probablemente un hambre constane. Con la guerra en las provincias continuando durante tanto tiempo, las provisiones deben haber sido sumamente escasas, y nuevamente, como pareció en Hispania,  no había ningún otro lugar donde ir para encontrar comida. Los vándalos tenían que asentarse en el norte de África o ser destruidos, y la paz durante incluso unos pocos años aseguraría su dominio sobre las tierras romanas. Los años de guerra también habían agotado a sus guerreros. Después de tres años en punto muerto, el 11 de febrero de 435 (algunas fuentes dicen 436), se celebró la paz en Hippo Regius entre los romanos occidentales y los vándalos. Las condiciones eran al parecer estas:
  • Cartago quedaría libre de los ataques.
  • Parte de la provincia proconsular capturada por los vándalos que se sitúa inmediatamente alrededor de Cartago pagaría un tributo anual a los romanos (incluyendo probablemente grano y aceite de oliva para Roma).
  • A los vándalos se les permitó vivir como federados romanos en las regiones ya conquistadas (que era probablemente el resto de la provincia Proconsular, Bizacena y Numidia; las Mauritanias y Tripolitania parecen haber quedado romanas.
Como en Hispania, lo más probable es que los vándalos fueran acantonados de acuerdo con las normas de la hospitalitas, esto es, las regulaciones romanas para acuartelar soldados y así recibieron alojamiento y una cantidad de los impuestos locales para su sostén. La parte principal de los vándalos se asentó en Numidia, cerca del mar y con Hippo Regius como sede del rey Geiserich. Lo más probable es que Aspar dejara el norte de África cuando se hizo el tratado en 435, ya que era necesario para otras tareas en el este.

Solo dos años después de la paz, surgieron problemas con los católicos. Algunos obispos habían molestado a los arrianos en los servicios eclesiásticos, y Geiserich castigó a los revoltosos clérigos católicos -incluyendo a Posidio de Calama, los obispos Novato de Sitifis y Severiano de Cera- con el exilio. Como federado romano no tenía jurisdicción sobre ellos, pero esto demuestra qué poco significaba ser federado en el siglo V.

Los vándalos parecen haber estado en cierto modo sin descanso en sus nuevos asentamientos, ya que atacaron Sicilia por mar en 438. Esto también demuestra que los vándalos estaban usando barcos de nuevo, sin duda tripulados por marinos romanos, por propia voluntad o a regañadientes. En 2001, las excavaciones en Olbia en Sicilia revelaron una flota de 11 barcos de carga, fechados desde el siglo V, que habían sido quemados en el puerto, que pudieron ser un resto de las incursiones vándalas o posteriores.

12. La captura de Cartago

Los problemas para el imperio romano de Occidente continuaron. Mientras que Aecio logró destruir, con ayuda huna, el reino burgundio sobre el Rhin en 436-437, los visigodos estaban también activos y en 439, el general romano Litorio fue derrotado rotundamente en Tolosa en la Galia. Este revés capacitó a los suevos en Hispania para tomar las antiguas provincia vándalas de Bética y Cartginense, que fueron plenamente ocupadas hacia 441.

En definitiva, los logros de Aecio durante la tercera década del siglo V fueron prodigiosos. A los francos y alamanes se les hizo retroceder a sus cantones de más allá del Rhin, los burgundios y los bagaudas fueron comopletamente dominados, las pretesiones visigodas feuron refrenadas, y la mayoría de Hispania fue devuelta al control imperial. Por una buena razón, después, Aecio fue considerado el último romano auténtico del Oeste. La conexión entre la dos partes del imperio fue reforzada aún más el 29 de octubre de 437, cuando Valentiniano III se casó con Licinia Eudoxia, hija de Teodosio II, en Constantinopla. Antes de regresar a Roma, cedió la ciudad de Sirmio en Ilírico a Teodosio. Pero entonces Cartago cayó en 439.

Mientras los romanos del oeste con Aecio a su cabeza estaba combatiendo a los visigodos en el sur de la Galia, Geiserich súbitametne atacó Cartago y la tomó el 19 de octubre de 439. Una explicación para la facilidad de la captura de la ciudad es que los romanos fueron tomados por sorpresa, esperando que los bárbaros mantedrían el tratado. Pero los romanos tenían una gran experiencia con la desconsideracion de los bárbaros por los tratados si no estaban respaldados por la fuerza bruta. Una explicación más lógica puede ser que había una guarnición demasiado pequeña protegiendo Cartago debido a los otros problemas del imperio occidental por entonces. La ciudad fue saqueada y sufrió las habituales atrocidades. De nuevo, los más duramente tratados parecen haber sido el clero católico y la nobleza romana, probablemente porque eran las clases que más resistieron a los vándalos y tenían más riquezas que tomar. En 439 o 440, todas las propiedades de la iglesia católica fue confiscada, y el clero, incluyendo al obispo Quodvultdeus que fue colocado en naves viejas y enviado a Italia. De acuerdo con Victor de Vita, se esperaba que los barcos se hundirían y así se librarían los vándalos de los obispos. La nobleza fue en gran medida expulsada. Sin duda, Geiserich reconocía el peligro de tener una fuerte nobleza romana en la que intentaba hacer su capital. Entre los senadores exiliados estaba Gordiano (el abuelo de San Fulgencio), cuyos hijos más tarde regresaron al norte de África y les fueron devuelta por el rey vándalo las tierras de la familia en Bizacena.

Las iglesias fueron saqueadas, pero más tarde, en 455, cuando el obispo Deogratias rescató a los cautivos al vender la plata de la iglesia -objetos eclesiales hechos de metales preciosos- claramente ya había sido reemplazada. Todas las iglesias en Cartago fueron cerradas, y algunas -incluyendo la Basílica Restituta, fueron entregadas con sus propiedades a los sacerdotes arrianos.

Tan importante fue la captura de Cartago para los vándalos que el 19 de octubre de 439 se colocó el comienzo de un nuevo calendario vándalo, como año 1. Los vándalos también controlaron uno de los puertos de más negocio del Mediterráneo, y harían pleno uso de los barcos, astilleros y experiencia marítima disponible allí. Después de 39 años de migración, ahora los vándalos eran los amos indiscutibles del norte de África, y Geiserich por primera vez parece haberse titulado Rey de África. Los vándalos habían encontrado un nuevo hogar, que ellos podían ocupar hasta el fin de su existencia como pueblo independiente. Los romanos vieron el peligro de este nuevo reino. De acuerdo con la Crónica Pascual (Chronicon Paschale, una crónica bizantina del mundo del siglo VII), en 439, el emperador Teodosio II había construido murallas en la parte que da al mar de Constantinopla, posiblemente en respuesta a la amenaza vándala. Tal acción parece una respuesta muy rápida a la toma de Cartago, y puede también haber sido en respuesta a la paz de 435, o a la incursión sobre Sicilia en 438.




BIBLIOGRAFÍA:

TORSTEN CUMBERLAND JACOBSEN: A History of the Vandals. 2012


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