Buscar este blog

viernes, 10 de febrero de 2012

Los Hamdaníes de Mosul y Alepo (905-1003)

[Traducido del articulo " Hamdanides" de M. CANARD, incluido en el volumen III de la Encyclopedie de lIslam] 

a) Los inicios de la familia Hamdaní

El surgimiento de esta dinastía se inscribe en el fenómeno de la fragmentación del Califato Abbasí de Bagdad que comenzó en las provincias de las fronteras este y oeste del Imperio Islámico y a principios del s.IX  ya alcanzó a las provincias centrales de Iraq. El primer miembro de la familia sobre el que se posee referencias históricas es Hamdan b. Hamdun b. al-Harith, cuya genealogía se remonta hasta Adnan: Hamdan b. Hamdun b. al-Harith b. Luqman b.Rashid b. Muthana b. Rafi b. al-Harith b. Utayf b. Mujzia b. Harith b. Malik b. Ubayd b. Adi b. Usama b. Malik b. Bakr b. Habib or Hubayb b. Amr b. Ghanimb. Taghlib b. Wail b. Nizarb. Qasit b. Hanb b. Afsaibn b. Du'mi b. Du'mi  b. Jadilat b. Rabi'ah b. Nizar b. Ma'add b. Adnan. Hamdan, al que vemos aparecer en 868 con otros Taghlibíes, en un ejército que lucha contra los Kharidjíes de Jazirah, pero a partir de 879-80 y sobre todo 885-6 en las filas de los Kharidjíes, de ahí su sobrenombre de al-Shari. En 892-3, en el momento en que al-Mu’tamid toma el poder y decide restablecer la autoridad del Califa en Jazirah, Hamdan b. Hamdun está en posesión de varias plazas de esta zona, entre ellas Mardin y, sobre la orilla izquierda del Tigris Ardumusht. En 895, el Califa se apodera de Mardin, que Hamdan había liberado. Después sus tropas tomaron Ardumusht, que el hijo de Hamdan, Husayn, al que su padre, al huir, había dejado la guardia de la fortaleza, entregó a las fuerzas califales y se reúne con él. Hamdan, después de una movida persecución por las dos orillas del Tigris se rinde al Califa frente a Mosul y es hecho prisionero.

Su hijo Husayn b. Hamdan, que se le había unido, se convirtió en un precioso auxiliar para el Califa en su lucha contra los Kharidjíes y su jefe, Harun al-Shari. Gracias a él, éste último fue capturado, y el Califa, agradecido, acordó el perdón para su padre Hamdan y el mando de un cuerpo de caballería Taghlibí en el que se integraron muchos miembros de su familia. Participó en las luchas en Djibal contra Bakr b. Abd al-Aziz b. Abi Dulaf (de la familia de los Dulafíes) en 896 y en las expediciones contra los Qarmatas. Durante el reinado del Califa al-Muktafi, en 903, bajo las órdenes de Muhammad b. Sulayman, sahib diwan al-djaysh, fue el artífice de la victoria en Siria sobre el Sahib al-Khal, que fue capturado. Tomó parte en la expedición del mismo Muhammad b. Sulayman que reconquistó Egipto al último amīr Tuluní en 904-5, y rehusó  ser nombrado gobernador de Egipto. Combatió de nuevo a los Qármatas en Siria en 907-8. Habiendo participado en la conjura que tenía por objetivo colocar en el trono a Ibn al-Mu’tazz en diciembre de 908, huyó después del fracaso de complot. Su hermano, Abū’l-Haydja Ahmad b. Hamdan fue encargado de perseguirle pero no pudo alcanzarle. Finalmente, Husayn pide el aman a través de su hermano Ibrāhīm y lo obtiene. Él mismo fue nombrado gobernador de Kumm y Qashan en Djibal. De vuelta a Bagdad recibe en 910 el gobierno de Diyar Rabi’a, pero entró en conflicto con el eunuco Mu’nis en 916. Tomado prisionero fue muerto en oscuras circunstancias, quizá a consecuencia de un complot shi’i en el que había participado desde su prisión, pues tenía claras simpatías shi’ies.

La región de al-Jazirah, con sus subdivisiones, Diyar Rabi'a, Diyar Bakr y Diyar Mudar

Los hermanos de Husayn, Abū’l-Haydja Abd Sa‛īd, Ibrāhīm, Da’wud y Sa’id quedaron fieles al Califa. El primero había sido nombrado gobernador de Mosul en 905-6. Sometió a los kurdos de la región; dirigió, como ya se vió, las operaciones contra su hermano Husayn en 908, pero fue destituido  en 913-4 por razones poco claras, se rebeló, pero se sometió a Mu’nis, fue perdonado y recobró su gobierno de Mosul en 914-5. Sospechoso, cuando la revuelta de Husayn en 916 y encarcelado varias veces, al igual que su hermano Ibrāhīm, volvió a encontrar pronto un mando en el ejército y combatió a las órdenes de Mu’nis contra Yusuf b. Abi’-Sadj, gobernador de Azerbaijan y Armenia, alzado en rebelión en 307/919. Mientras que su hermano Ibrāhīm recibía en 307/919 el gobierno de Diyar Rabi’a (donde  a su muerte en 308/920 fue reemplazado por su hermano Da’wud), Abū’l-Haydja’ fue designado en 308/920 para gobernar Tarik, Khurasán y Dinawar, y estando allí añade en 313/925-6 el gobierno de Mosul, que recobra y que comprendió al cabo de un tiempo las regiones de Bazabda y de Karda sobre la orilla izquierda del Tigris. Abū’l-Haydj’ conservó sus funciones hasta su muerte en 317/929, jugando un papel político y militar totalmente  activo en la historia del Califato, que le alejó de Mosul, donde dejó como lugarteniente a su hijo al-Hasan, futuro Nāsir al-Dawla. En 311/923-4 se encargó de asegurar la seguridad en la ruta de peregrinación: atacado a su vuelta por el qármata Abū Tahir Sulayman, fue hecho prisionero, pero recobró la libertad en 312/924. En 315/927-8, los Qármatas, habiendo llegado hasta ‘Ayn al-Tamr, en las proximidades de al-Anbar sobre el Éufrates amenazaron seriamente Bagdad. Abū’l-Haydj’, con sus tres hermanos, Sulayman, Sa’id y Nasr, formó parte del ejército enviado para detener a los invasores. Según una tradición, está fue una iniciativa de Abū’l-Haydj’, que obtuvo el mando del ejército, con el que cortó el puente de Nahr Zubara, gracias a lo cual Bagdad debió su salvación, teniendo los Qármatas que dirigir sus operaciones a otro lugar.

Mientras, Harun b. Gharib, hijo del tío materno del Califa al-Muktadir, que pretendía ocupar el puesto del general en jefe, el eunuco Mu’nis, amigo de los Hamdaníes, había conseguido el gobierno de Djibal y destituyó a Abū’l-Hadj’ de su gobierno de Dinawar. Entonces, se dirigió a Bagdad con sus tropas. Tomó parte del complot que estalló a principios de febrero de 929, y tuvo por objetivo derribar a al-Muktadir y sustituirle por su hermano Muhammad al-Qahir. En estrecha unión con el prefecto de policía, Nazuk, jugó allí un importante papel. Es quien instala a al-Qahir en palacio y obtiene la abdicación de al-Muktadir; al mismo tiempo, no perdiendo de vista sus intereses se hizo conceder un enorme gobierno territorial. Pero se produjo una nueva contrainsurrección, y el nuevo Califa fue asediado en su palacio. Abū’l-Hadj’ murió heroicamente en la defensa  hasta el fin de al-Qahir. Al-Muktadir, restablecido en su autoridad, manifestó el más vivo pesar por la muerte de Abū’l-Haydj’.

Los dos hijos de Abū’l-Hadj’ llegaron a ser los más célebres de la familia Hamdaní, y, herederos del prestigio de su padre, siguieron su ejemplo político e ilustraron los dos amīratos que gobernaron, los de Mosul y Alepo. Pero Abū’l-Hadj’ puede ser considerado el fundador del amīrato de Mosul y de la dinastía de los Hamdaníes. 

b) El amirato Hamdaní de Mosul 

Abū Muhammad Al-Hasan b. Abd Allāh b. Hamdan, hijo de Abū’l-Hadj’, futuro Nāsir al-Dawla,  tuvo, a continuación, algunos problemas en imponerse como amīr en Mosul. A la muerte de su padre heredó una parte de sus dominios sobre la orilla izquierda del Tigris, y se vió fustrado de Mosul, que recobra, sin embargo,  en 930, pero fue privado de nuevo a consecuencia de las intrigas de sus tíos Nasr y Sa’id, que le dejaron solamente la parte occidental de Diyar Rabi’a. En 322/934, vuelve a ser jefe de Mosul y de Diyar Rabi’a, pero fue suplantado por las intrigas en Bagdad de su tío Sa’id. Se desembaraza por medio de él mediante asesinato; después Mosul fue ocupada por las tropas del visir Ibn Mukla. Hasan, que había huido a Armenia, preparó desde allí la reconquista de Mosul. Triunfa sobre los lugartenientes del Califa y del clan taghlibí rival, los Banu Habi que habían tomado parte contra él. Al final de 935, recibe finalmente del califa al-Radi el gobierno de Mosul, y de tres provincias de Jazira (Diyar Rabi’a, Diyar Mudar y Diyar Bakr). Le hizo falta, por otra parte, la ayuda de su hermano menor ‛Alī, el futuro Sayf al-Dawla, para conquistar tras dura lucha la Yazira y en adelante, se propuso a dar vía libre a sus ambiciones.


La crisis del Califato que había forzado al Califa, al-Radi a dejar su puesto en manos del amir al-umara’, suscitó la rivalidad entre todos los candidatos a este cargo. Hasan, fuerte por el  poder  que le confiere estar en posesión de una rica provincia, ambiciona el puesto, entra en conflicto con el amir al-umara’ Badjkam, que intenta, sin éxito desposeerle de Mosul. Hasan sostuvo durante un instante a otro amir al-umara’, Ibn Ra’ik, y al Califa al-Muttaki, que estaba siendo amenazado por el ambicioso Ahmad al-Baridi de Basora, pero hizo asesinar a Ibn Ra’ik y tomó su lugar en Bagdad en 330/942, tras haber restablecido al Califa en su capital (4 de junio de 942). Antes, había recibido el título de Nāsir al-Dawla (‘Defensor de la Dinastía’), en tanto que su hermano ‛Alī, que le había secundado con su primo Husayn b. Sa‛īd b. Hamdan, obtuvo de él el de Sayf al-Dawla (‘Espada de la Dinastía’). Nāsir al-Dawla gobierna el Imperio Abbasí durante un año aproximadamente, pero debe ceder el poder a uno de sus oficiales que se había rebelado, el turco Tuzun, y vuelve a Mosul. El Califa al-Muttaki en desacuerdo con Tuzun, se coloca bajo la protección Hamdaní, pero Hasan, habiendo sido vencido por Tuzun, abandona al Califa, que después de haber intaentado buscar un apoyo junto al Al-Ikhshidí de Egipto, jefe de la Siria, vuelve a Bagdad. Nāsir al-Dawla concluye con Tuzun en 332/944 un pacto que le asegura el gobierno de la Jazira. Se opone, sin éxito, a continuación al Buwayhí Mu’izz al-Dawla, cuando este tomó el control de la capital, y firmó un acuerdo con él en 334/enero 946. Fue confirmado en sus posesiones, y el buwayhí le sostuvo frente a sus tropas rebeladas. Pero Mu’izz al-Dawla entra en conflicto con él, en 337/948-9 y en 347/958-9, a causa del rechazo de Nāsir al-Dawla de acatar estrictamente sus obligaciones financieras respecto del poder central representado por el buwayhí. En 347 debió refugiarse, incluso, junto a su hermano Sayf al-Dawla, señor de Alepo, hasta la conclusión de un nuevo tratado que Mu’izz al-Dawla pactó con Sayf al-Dawla, considerando a Nāsir al-Dawla como subordinado de su hermano. Otra vez más fue apartado de Mosul por el buwayhí, siempre por las mismas razones en 353/964, pero pudo regresar allí victoriosamente con sus hijos. Mientras, Mu’izz al-Dawla no quiso negociar con Abū Taghlib, hijo mayor de Nāsir al-Dawla, que comenzó a dirigir ya un política personal.

Este año 353 marca el declive del poder de Nāsir al-Dawla, que viejo y en conflicto con sus hijos, fue depuesto por ellos y exiliado en 356/967 a Ardumusht, donde murió en 358/969.

El poder de Nāsir al-Dawla se extendía sobre Diyar Rabi’a, Mosul, los distritos de la orilla izquierda del río Tigris y Rahba en el Diyar Mudar. Había dejado Diyar Bakr a su hermano Sayf al-Dawla, que tenía ya también la parte más grande de Diyar Mudar. Al inicio de su reinado, Nāsir al-Dawla había intentado sin éxito por dos veces, en 324/935-6 y 333/944, extender sus dominios en Azerbaijan. Del mismo modo penetró solo temporalmente en Armenia en 323/935 cuando tuvo que alejarse de Mosul. Es dudoso que intentara allí que se reconociera su autoridad, lo que hizo más tarde Sayf al-Dawla. En la guerra con los bizantinos jugó un papel poco importante.

Tuvo como sucesor a su hijo Fadl Allāh Abū Taghlib al-Ghadanfar. Abū Taghlib entra en conflicto enseguida con su hermano Hamdan, quien fue el único que se opuso a la destitución de su padre Nāsir, y que disponía de un cierto poder, ya que tenía el gobierno de Diyar Rabi’a, Nisibe, Mardin, y en el Diyar Mudar, Rahba, y, por otra parte se apoderó de Raqqa y Tafiqa tras la muerte de Sayf de Alepo. Para luchar cotra Hamdan, Abū Taghlib se entendió con Bakhtiyar, hijo y sucesor de Mu’izz al-Dawla, y Hamdan tuvo que alejarse de sus posesiones y refugiarse en Bagdad. Bakhtiyar rechazó volver a restaurarle en Rahba en 359/970. Pero la guerra  empezó de nuevo entre los dos hermanos, marcado por un combate en el que Hamdan hiere mortalmente a otro de sus hermanos, y por nuevas disensiones en la familia hamdaní donde varios miembros abandonaron a Abū Taghlib. Mientras, Hamdan fue vencido y obligado nuevamente a refugiarse en Bagdad donde le encontró su hermano Abū Tāhir Ibrāhīm en 971.

Abū Taghlib, por el contrario, no choca con su primo de Alepo, Abū’l-Ma’ali Sharif, sucesor de Sayf al-Dawla, quien teniendo dificultades en Siria acepta tácitamente la soberanía nominal del amīrato de Mosul sobre el de Alepo, que había sido reconocida a Abū Taghlib por el Califa al-Muti, quien no alteró el estado de las cosas desde la época de Nāsir al-Dawla. Tampoco se opuso más al embargo de Abū Taghlib sobre Diyar Bakr y el Diyar Mudar.

Pero el adversario principal de Abū Taghlib fue el Buwayhí Bakhtiyar, jefe del Califato y representante del poder central al que el hamdaní debía pagar tributo. Las hostilidades entre ambos fueron inevitables, tanto más cuanto que Abū Taghlib soñaba jugar en Bagdad el mismo papel que antes había tenido su padre Nāsir al-Dawla, y que dos de sus hermanos estaban allí y sobre todo uno, Hamdan,  incitaba a Bakhtiyar a expulsar a Abū Taghlib de Mosul. A continuación, Abū Taghlib y Bakhtiyar iniciaron una política de entendimiento que se manifiesta en la actitud común que observaron en la consideración de los Qármatas y los Fatimíes, pero en 363/973, a instancias de Hamdan, Bakhtiyar retomó la conquista de Mosul, marchando sobre la villa. Un afortunado movimiento de diversión de Abū Taghlib en dirección a Bagdad obliga a Bakhtiyar a negociar. El acuerdo, una cláusula del cual obligaba al reavituallamiento de Bagdad por el hamdaní,  no fue respetado por ninguna de las dos partes, y las hostilidados comenzaron de nuevo para terminar en un nuevo acuerdo en 974. Las relaciones mejoraron, y Abū Taghlib, al que Bakhtiyar había hecho otorgar por el Califa el laqab de Uddat al-Dawla, sostuvo a aquel contra los jefes turcos rebeldes y él mismo avanza hasta Bagdad. Pero es gracias a la intervención del buwayhí de Shiraz, Adud al-Dawla (hijo de Rukn al-Dawla de Rayy) que Bakhtiyar es depuesto del trono de Bagdad. Abū Taghlib obtuvo un nuevo tratado que le liberaba del tributo, en 364/975. Cuando Adud al-Dawla decide en 367/977 sustituir a su primo Bakhtiyar en Bagdad y enviarle a buscar fortuna en Siria, Abū Taghlib decide apoyar la causa de éste último, con la idea de conquistar Bagdad, a cambio de la entrega de su hermano Hamdan, que acompañaba a Bakhtiyar, y le hizo condenar a muerte. Pero las tropas unidas de ambos aliados fueron derrotadas por Adud al-Dawla en 367/978. El buwayhí se apodera de Mosul obligando a Abū Taghlib a huir. Llega a Nisibe, después a Mayyafariqin, más tarde a Arzan y Armenia, luego a Hisn Ziyad en el territorio bizantino de Anzitene en posesión del rebelde bizantino Skleros, esperando obtener un seguro,  y se liga a él por una alianza. Pero sus esperanzas fueron vanas. Volvió a Amida, sin ser inquietado por las tropas buwayhíes ocupadas en Mayyafariqin. Después de la toma de esta ciudad en 368/978 no se encontró seguro y se dirigió a Rahba. Desde allí intenta vanamente entenderse con Adud, en adelante señor de la mayor parte de Jazira y decide pasar a Siria, en tanto que el ejército buwayhí vino a ocupar el Diyar Mudar. Evitando pasar por las posesiones de su primo de Alepo, Sa’d al-Dawla, que había reconocido la soberanía de Adud y le fue confiada la captura de su primo fugitivo, llegó al Hawran. Esperaba entrar en Damasco y  y obtener del Califa Fatimí el gobierno de esta ciudad, cuidada en ese momento por un rebelde, al-Kassar. Pero le permitió la entrada, y después de las escaramuzas, se dirige al sur y llega a Kafr ‘Akib sobre el lago Tiberíades. Entró en negociaciones con el general fatimí Fadl y le prometió ayudarle a conquistar Damasco. Pero este estaba obligado a sostener a Mufarridj b. Daghfal b. al-Djarrah, señor de Ramla, inquieto por la presencia y las intenciones de Abū Taghlib. Fadl, violando sus compromisos, promete Ramla al Hamdaní. Finalmente se entrevista con los enemigos de Mufarridj, los Banu Uqayl, y lleva a cabo con ellos una acción contra él. Entonces Mufarridj apeló a Fadl. En la batalla que se entabló Abū Taghlib fue hecho prisionero y mandado matar por Mufarridj (369/979). 

Abū Taghlib tuvo que sufrir violentos ataques en 972, pero, al año siguiente, su lugarteniente hizo prisionero  al domésticos Melias, que murió en cautividad. En 974, a su vez, el emperador asola Mesopotamia. Parece que, en esta época, Abū Taghlib pagaba tributo al Imperio. Cuando la revuelta de Skleros, tras la muerte del emperador Ioannes Tzimiscés (Juan I) en 976, el rebelde bizantino se apoyó sobre Abū Taghlib con el que acuerda un pacto, y en 368/978 vemos que pasa algún tiempo en Hisn Ziyad, cuartel general de Skleros.

La dinastía Hamdaní de Mosul terminó trágicamente. Vemos que su existencia había sido precaria desde la llegada de Mu'izz al-Dawla a Bagdad.

La hermana de Abū Taghlib, Djamila, que había acompañado a su hermano en su huida, murió también trágicamente. Entregada a Adud al-Dawla se suicidó, según una tradición. Los otros miembros de la familia hamdaní de Mosul se unieron al Buwayhí, sobre todo los dos hermanos de Abū Taghlib, Abū Abd Allāh Husayn y Abū Tahir Ibrāhīm. Tras la muerte de Adud, un amīr kurdo, Badh, había tomado posesión de Diyar Bakr. Para detener las tentativas de Badh sobre el resto de la Jazira, el buwayhí Samsam al-Dawla, elevado al trono en 379/989, concede a los dos hermanos autorización para volver a Mosul. Intentaron volver a tomar el poder y lucharon contra Badh con la ayuda de los Banu Uqyl. Badh fue muerto en un combate que libró Husayn en la región de Balad. Su sucesor, su sobrino Abū Alī b. Marwan, continúa la lucha contra los dos hermanos, e hizo prisionero a Husayn, pero le libera por la intervención del Califa fatimí al-Aziz, que le acoge en Siria y le concede el gobierno de Tyr en 387/997. Otro hermano de Abū Taghlib, Abū’l-Muta’ Dhu’l-Qarnayn, entra, igualmente, al servicio del fatimí y se convirtió en gobernador de Damasco en 401/1010-1. En cuanto a Abū Tahir Ibrāhīm, fue arrestado y condenado a muerte por el amīr uqaylí con el que había combatido a Badh. Desde entonces, Mosul paso al poder de la dinastía Uqaylí.

Un nieto de Husayn, Husayn Abū Muhammad, que fue apellidado Nāsir al-Dawla, como su ancestro, juega un papel importante en Egipto bajo el reinado de al-Mustansir, primero como gobernador de Siria, y después en El Cairo durante los problemas de los años 459 y siguientes. En un momento determinado fue el señor absoluto de El Cairo, intentó restablecer la soberanía abbasí, y quitó toda la autoridad al Califa. Murió en 465/1072, víctima de un complot con su hermano Fakhr al-‘Arab



c) El amirato Hamdaní de Alepo 

La constitución del amīrato hamdaní de Alepo es obra de ‘Alī b. Abī’l-Haydj’ Abd Allāh b.Hamdan, Sayf al-Dawla. Nāsir al-Dawla había intentado, después del asesinato de Ibn Ra'ik, devolver bajo su autoridad su feudo Diyar Mudar y el norte de Siria. Pero los lugartenientes que había enviado allí no tenían más que una autoridad precaria y estaban dispuestos a jurar lealtad a Abū Bakr Muḥammad al-Iḫšīd, amīr de Egipto. En 332/944, protegido del Hamdaní, busca apoyarse sobre el amīr al-Iḫšīd y quiso visitar Siria. Temiendo que toda la Siria y el Diyar Mudar cayera en manos del al-Iḫšīd, Nāsir al-Dawla envía tropas comandadas por Husayn b. Sa’id b. Hamdan que puso las manos en Alepo. El Califa partió hacia Raqqa, acompañado o mejor vigilado por Sayf al-Dawla, que había abandonado Nisibe junto a él. Sin embargo, al-Iḫšīd, que había expulsado a Husayn b. Sa’id de Alepo, estaba llegando a Raqqa para encontrarse allí con le Califa. Éste último tuvo una entrevista con el al-Iḫšīd y le confirmó en posesión de la Siria. Después al-Iḫšīd, que había rehusado participar además, regresó a Egipto en tanto que el Califa tomó el camino de Bagdad. Pareciendo más bien precaria la autoridad de los prefectos nombrados por el al-Iḫšīd en Siria del Norte, Sayf al-Dawla decide, con la ayuda de tropas y dinero que le ofrece su hermano, apoderarse de la Siria septentrional. Entra en Alepo en rabi’ I 33/octubre 944, de acuerdo con los Kilabíes de la región sin resistencia. Al-Iḫšīd reacciona. Después de una lucha de más de dos años detenida por una tregua, en 334/945, que la muerte de al-Iḫšīd empuja a Sayf al-Dawla a repudiar, se concluye una paz definitiva entre el Hamdaní y el hijo y sucesor de al-Iḫšīd, Abū al-Qāsim Ūnūĵūr (946-964), y Sayf al-Dawla se convierte en 336/947 en jefe de un estado que comprendía la Siria septentrional (djund de Homs y de Qinasrin, ‘Awasim), la marca fronteriza siria que se sometió a él desde 335/946, el Diyar Mudar en su mayor parte y el Diyar Bakr. Este estado sirio-mesopotámico quedaba teóricamente subordinado al de Mosul, siendo Nāsir al-Dawla el mayor, pero en la práctica era, territorial y políticamente más importante,  y Sayf al-Dawla que había combatido hasta entonces por cuenta de Nāsir al-Dawla en Iraq, Mesopotamia, en Armenia misma donde en 328/940 había recibido la sumisión de los príncipes armenios, y contra los bizantinos, se convirtió en independiente de él y del Califa.


A partir de aquel día fue el señor de Alepo, responsable de la defensa de la frontera sirio-mesopotámica que se extendía desde la Cilicia hasta Shimshat y Kalikala en Armenia, la tarea principal de Sayf al-Dawla fue la defensa contra los bizantinos, pero también tuvo que luchar contra las tribus rebeldes de Siria. Se hizo construir un espléndido palacio en el exterior de Alepo, su capital principal, siendo la segunda Mayyafariqin, en la que puso toda su atención también. Reunió a su alrededor a un número de miembros de su familia, incluyendo a su primo Abū Faras que el había nombrado gobernador de Manbidj, y se constituye una corte que los poetas que la frecuentaron la hicieron famosa. El primer periodo de su reinado estuvo marcado por el éxito tanto en el interior como en el exterior, pero en el último periodo, a partir de 350/961-2 conoció serios reveses, la ocupación temporal de su capital por los bizantinos, la pérdida de Cilicia, problemas internos y rebeliones, la enfermedad (hemiplegia), y murió en safar 356/febrero 967 en Alepo a los 51 años. 

El sucesor de Sayf al-Dawla fue su hijo Abū al-Maālī Šarīf I Sad al-Dawla, que estaba entonces en Mayyafariqin y llegó a Alepo en junio-julio de 967. Hijo de la hermana de Abū Faras b. al-Harith Abīl-‘Ula’ Saīd, teniendo solo 15 años. Tuvo que hacer frente a la rebelión de Abū Faras, primo de su padre, entonces gobernador de Homs. Abū Faras fue muerto en combate en 357/abril 968. Sa‛d al-Dawla tuvo que liberar a Alepo de la amenaza de los ejércitos bizantinos que llegaron a fines de 968 hasta Homs y Trípoli, pero,  no obstante, no inquietaron a Alepo, donde Sa‛d al-Dawla había dejado a Qarġuwayh, el chambelán (hadjib) de su padre y que había ejercido ya el poder en Alepo en ausencia de Sayf al-Dawla. Sa‛d al-Dawla no pudo regresar a Alepo una vez que la tormenta pasó; parece que Qarġuwayh, deseoso de se apropiarse del poder, entró en rebelión abierta (358/968). El joven amīr, despojado de Alepo por Qarġuwayh, de Raqqa por Abū Taghlib, vagó de Sarudj a Harran, Mayyafariqin, Manbidj, desde donde avanza contra Alepo. Pero tuvo que retirarse ante la presencia de las tropas bizantinas. En efecto, Pedro el Estratopedarca y Miguel Bourtzes entraron en Alepo e impusieron a Qarġuwayh un tratado de protectorado (safas 359/diciembre 969/enero 970), que excluía a Sa‛d al-Dawla en beneficio de Qarġuwayh, y después de él, de su lugarteniente Bakĵūr. Sa‛d al-Dawla encontró refugio en Homs, desde donde logró entrar en Alepo en 367/977, después de que Qarġuwayh fuera eliminado por su lugarteniente Bakĵūr.

La autoridad de Sa‛d al-Dawla se extendía sobre todo sobre las provincias sirias, habiéndose apoderado Abū Taghlib de toda la Jazira. En 360/971.  Sin embargo, tuvo éxito, al reconocer la soberanía de Adud al-Dawla en 368/979 (la cual le valió para obtener del Califa el laqab de Sa‛d al-Dawla), en recuperar el Diyar Mudar excepto Raqqa y Rahba. Había nombrado a Bakĵūr gobernador de Homs, pero no tarda en entrar en conflicto con él. Bakĵūr se apoya en el Famití que le había prometido el gobierno de Damasco y donde la idea era aprovechar el desacuerdo  entre Bakĵūr y Sa‛d al-Dawla para apoderarse del amīrato de Alepo. Sa‛d al-Dawla para luchar contra Bakĵūr se apoya en Bizancio que  en 371/981-2, había enviado un ejército ante Alepo, para recordar al amīr las obligaciones que le imponía el tratado de 359 y por lo tanto tuvo que empezar a cumplir más o menos escrupulosamente. Fue un ejército bizantino el que, en 373/983, fuerza a Bakĵūr, que estaba asediando Alepo, a levantar el sitio y que rindió igualmente Homs a Sa‛d al-Dawla. La lucha entre ambos contendientes cesa durante el tiempo en que el primero, expulsado de Homs, fue gobernador de Damasco para el Califa fatimí al-Azīz (975-996), y estando los buwayhíes de decadencia, Sa‛d al-Dawla se acerca a los fatimíes y reconoce su ciudadanía en 376/986. Pero las hostilidades se retomaron cuando Bakĵūr, en conflicto con el visir fatimí  Ibn Killis, tuvo que abandonar Damasco e instalarse en Raqqa, desde donde se puso en marcha contra Alepo. Mal apoyado por los fatimíes, en tanto que Sa‛d al-Dawla tenía refuerzos bizantinos, fue vencido en Na’ura, al este de Alepo, en 381/991, capturado y ejecutado. Pero Sa’d al-Dawla se peleó con el Califa fatimí a propósito del arresto de los hijos de Bakĵūr no cumpliendo la promesa hecha, y si no hubiera muerto en el mes de shawal 381/diciembre 991 de hemiplegia, como su padre,  no habría dejado de iniciar las hostilidades contra las posesiones fatimíes en Siria, como había amenazado con arrogancia al embajador fatimí.

La política de Sa‛d al-Dawla consistía en bascular entre Bizancio, el Buwayhí y el Fatimí. No fue absolutamente leal ni a los Fatimíes, ni al Emperador, porque, en 375/985, éste último debió intervenir contra su territorio, parece que para recordarle sus obligaciones. Sa‛d al-Dawla se vengó de esta intervención, que llevó a la toma de Killis y el bombardeo de Apamea y de Kafartab, enviando a Qarġuwayh contra el monasterio de Dayr Sam’an, donde masacró un gran número de monjes y a otros los llevaron en cautividad a Alepo. Sin embargo, se concluyó un nuevo acuerdo en 376/mayo 986, el cual no impidió que Sa’d al-Dawla sostuviera al rebelde Skleros cuando fue liberado por el buwayhí a fines del año 986, y de otra parte, de reconocer en la misma época (diciembre 986) la soberanía fatimí. En el interior, no tuvo más que una precaria autoridad.

Sa‛d al-Dawla tuvo como sucesor a su hijo Saīd Abū al-Faḍāil Saīd al-Dawla (991-1002). La historia de su reinado es casi exclusivamente la de las tentativas del Egipto fatimí por apoderarse del amīrato de Alepo, a lo que se opone el emperador bizantino. Una primera tentativa, en 382/992, del general fatimí Mangutegin, que asedia Alepo, fracasó, no tanto por  las operaciones de Bourtzes, gobernador bizantino de Antioquía, como por la lasitud de Mangutegin y la excelente defensa de Alepo. Una segunda tentativa del mismo Mangutegin en 384/994 fue casi un éxito, porque Bourtzes, llamado por Sa‛īd al-Dawla y su ministro Lulu’, antiguo chambelán de Sa‛d al-Dawla, fue vencido en Gue del Orontes, y Alepo fue asediada durante unos once meses. Pero, de una parte, la resolución de Lu’lu’ y, de otra, la llegada del emperador Basilio II en persona, reclamado desde Bulgaria por un embajador hamdaní. En primavera de 995, forzaron a Mangutegin a retirarse. El amīr hamdaní y Lu’lu’ se postraron humildemente ante el emperador en signo de reconocimiento. A continuación, los egipcios extendieron cada vez más su autoridad sobre el territorio del amīrato de Alepo. Aún infligieron una derrota a los Bizantinos en 998 ante Apamea, la cual quedó en manos de los egipcios. Una nueva campaña bizantina, en 389/999, que llegó hasta Beirut, refuerza la defensa de Alepo contra los egipcios por el establecimiento de una guarnición bizantina en Shayzar. Pero Basilio II, en 391/1001, concluyó un tratado de paz con el Califa fatimí al-Ḥākim (996-1021), que, por su parte, firma un tratado  con el amīr de Alepo.

El amīrato de Alepo no hizo más que declinar. Después del inicio del reinado de Sa‛īd al-Dawla, un gran número de ghulams hamdaníes, se pasaron al servicio de Egipto. Lu’lu’ aspiraba a tomar totalmente el poder que ya ejercía de hecho, ya que él dominaba enteramente a Sa‛īd al-Dawla, al que había hecho casar con su hija. Así, en 392/1002, hizo asesinar a Sa‛īd al-Dawla. A partir de entonces, toma el poder que reparte con su hijo Mansūr. En 394/1004, se desembaraza de los miembros de la familia hamdaní: los dos hijos de Sa’id al-Dawla, Abūl-Hasan ‛Alī II Abūl-Maali Šarīf II fueron exiliados a El Cairo. Un hijo de Sa‛d al-Dawla, Abū’l-Haydja’, se fue disfrazado de mujer tras el emperador Basilio.

Lu’lu’ murió en 399/1008. Su hijo Abū-Naṣr Mansūr le sucede y recibe del Califa fatimí la investidura y el título de Murtadā al-Dawla. Su reinado estuvo marcado por  una tentativa de restauración hamdaní en la persona de Abū’l-Haydja’, a petición de un partido numeroso en Alepo; su cuñado, el Marwaní Mumahhid al-Dawla de Diyar Bakr, obtuvo del emperador que dejara a Abū’l-Haydja’ en Constantinopla. Conquista Mayyafariqin desde donde marcha contra Alepo con una pequeña tropa. Pero no fue apoyado por el emperador. Mansūr b. Lu’lu’, soborna a los Kilabíes que se habían unido a Abū’l-Haydja’ y obtiene por otra parte un alivio egipcio, ya que apenas era más que un gobernador fatimí. Abū’l-Hadja’, vencido se dirige a Malatya, y de ahí a Constantinopla. El emperador quiso volver a enviarle a territorio musulmán, pero Mansur intercedió ante el emperador para que lo mantuviera cerca de él. Es probable que se convirtiera y sirviera en el ejército bizantino, por que se posee de él un sello con, por una cara, su nombre en árabe, y por el otro, la efigie de un personaje llevando un tocado militar y un cinturón con una leyenda en griego “Hagis Theodoros” (San Teodoro) Stratilate?).

Por un curioso cambio de situaciones, Mansūr b. Lu’lu’, cuando fue destronado por Sālih b. Mirdās en 406/1015-6, se refugia también en territorio bizantino y recibe en feudo el castillo de Shih al-Laylun, cerca de la frontera; también intentó sin éxito volver  a Alepo y servir en el ejército bizantino, puesto que se encuentra en las filas de Romano Argyros en la batalla de A’zaz en 421/1030.

Así termina, después que los Hamdaníes de Mosul, la dinastía de los Hamdaníes de Alepo. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario